En cualquier mundo, siempre tú

PRÓLOGO

Barry corría. Corría más rápido de lo que nunca había corrido en toda su vida. No quería volver, no quería volver ahí, nunca más. 

Las lágrimas bajaban con rapidez por sus mejillas. 

No podía creerlo. No quería creerlo. 

No de él, no de su mejor amigo, de su alfa...

Cerró los ojos mientras seguía corriendo. Esa familia, esas personas a las que había considerado su propia familia.

Su madre, su padre, el hombre al que durante muchos años había creído su padre...

Los había perdido a los 3. Ya no estaban, ninguno de ellos. 

Estaba solo. Más solo que nunca ahora que los Queen le habían rechazado. Moira... Ella había sido casi una madre para él durante casi toda su vida. Thea, a la que quería como a una hermana... Oliver, su Oliver... No, había dejado de ser su Oliver hacía muchos años, y ahora se lo había acabado de demostrar del todo. 

Robert Queen, él era el único que no le había rechazado, el único que aún le apreciaba. 

A pesar de eso, no había cabida para Barry en esa casa. Ya no.

El omega se sentó en un banco, en un parque que desconocía. Y estuvo ahí durante horas, se hizo de noche, y no le importó. No quería volver a esa casa, con esa familia que lo trataba como si fuese basura. 

Era casi como si Henry Allen hubiese vuelto a la vida. Como si nunca se hubiese suicidado y siguiese ahí, atormentándolo por ser el hijo del amante de su madre. Por ser un pequeño bastardo. Estaba harto, solo quería que se acabara. Quería dejar de sufrir, que la gente dejara de hacerle daño, de despreciarle.

-¿Barry?-el chico se giró, no esperando ver al inspector Joe West parado detrás del banco, con su hija, Iris West, a su lado.

-¿Señor West?-preguntó Barry, algo dubitativo.

-Sí, Barry.-Joe y Iris se acercaron al chico, hasta quedar en frente de él.-Te hemos estado buscando.

Barry bajó la mirada avergonzado. Sabía que los Queen no habían dado el aviso, pero en el fondo el omega esperaba oír las palabras: "Los Queen estaban preocupados por ti", de los labios de Joe.

-Robert Queen estaba muy preocupado.-murmuró Joe. Barry levantó la mirada como un resorte, algo de alegría volviendo a él.

-¿De verdad?-preguntó, como el niño inocente que aún era.

Joe sonrió.

-Sí.-Joe se agachó.-Estaba tan preocupado que ha echado a Oliver de casa, y luego de llamarnos ha ido corriendo a prisión para ver si habías ido a ver a tu padre.-la mirada de Barry se iluminaba más y más con cada palabra que salía de la boca de Joe.-Estaba histérico, tanto que ha conseguido que hasta tu padre se ponga nervioso.

Barry abrió los ojos con sorpresa.

-Mi padre nunca se pone nervioso.-la sonrisa que había en la cara del joven omega parecía que le partiría el rostro en dos.-¿De verdad que el tío Robert ha conseguido que mi padre se ponga nervioso de lo preocupado que estaba?

Joe sonrió con Barry. Ese pobre omega lo había pasado muy mal a lo largo de su vida, se merecía poder sonreír un poco.

-Sí. ¡Hasta ha conseguido que todo el cuerpo de policía te busque!

Barry sonrió tanto que sus ojos se achicaron. ¡A Robert Queen aún le importaba! ¡Le importaba tanto como para echar a su propio hijo de casa! 

Pero la alegría se esfumó en cuanto recordó por qué había huido. Por mucho que a Robert aún le importara, tanto como para conseguir poner nervioso a su inalterable padre, Barry seguía sin tener cabida en esa casa. 

Joe West vio el cambio en la expresión del chico, y lo esperaba, pues Robert le había puesto al día y le había hecho prometer, con manos temblorosas, que cuidaría de Barry, si este decidía dejar de vivir con los Queen.

-Barry,-Joe posó su mano en la rodilla del omega.-¿quieres vivir con Iris y conmigo?

Barry le miró más que sorprendido.

-¿De verdad?

Joe asintió.

-Sí, es una casa pequeña, lo sé, pero siempre podemos hacer sitio pa-...ra... uno... más.-acabó murmurando Joe, después de que Barry se le tirara encima mientras asentía con alegría.

-¡Sí, sí que quiero!-exclamó con entusiasmo el chico de 15 años.-Muchas gracias, señor West.