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Gemelos

Actualizado: 27 sept 2021

CAPÍTULO EXTRA


Siento mucho todos los meses que está llevando el proceso de escribir, corregir y publicar los últimos 5 capítulos de la edición, de verdad que sí. Pero prometo que volveremos a las publicaciones semanales tan pronto tenga listos esos últimos capítulos, así que solo os pido un poco más de paciencia. Para compensaros por estos meses de espera y por todo el apoyo que me habéis dado con el tema de la edición os he escrito este pequeño extra sobre cómo Sirius le pidió a Severus una cita, la primera de muchas, empapado en la orilla del Lago Negro. Sé que queríais conocer la historia, y aquí está, espero que sea tan buena como esperabais. Y lamento los posibles errores que pueda haber, no he querido agobiar a mi beta, así que el capítulo está sin corregir. Con esto dicho, os dejo disfrutar del extra.

Severus caminaba con tranquilidad por los pasillos de Hogwarts, el Slytherin estaba en su tercer año en la escuela de magia y, a pesar de sus buenas notas, lo único que el chico quería hacer era irse cuanto antes de ese castillo que cada día le parecía mas una prisión. Su relación con su mejor amiga, Lily, había sido fastidiada por las diferencias entre sus casas y los Merodeadores no cesaban con sus pesadas bromas, ni siquiera después de haber casi muerto. Snape estaba tan centrado en sus pensamientos que no notó a cierto león seguirlo durante varios minutos, hasta que ya fue demasiado tarde.

-¡Snape!

El Slytherin se giró, varita en mano, al reconocer la voz como la de Black, y no la del Black que le caía bien, precisamente.

-¿Qué quieres, Black?

A pesar de que el Gryffindor se acercaba a él con las manos en alto en son de paz, el Slytherin no se creyó su acto de inocencia, dando un paso atrás por cada paso adelante que daba el Gryffindor.

-Hoy no estoy de humor para soportar tus bromitas y humillaciones.-dijo Severus, aun caminando de espaldas, sin dejar que Black acortar la distancia entre ellos.-Además, no hay público aquí para ver tu gran obra maestra, así que no tiene sentido que intentes nada.

-Te aseguro que no estoy aquí para nada de eso.

Severus rio de forma irónica, sin acabar de creerse las palabras de Black.

-Ya, claro, y yo he sacado un Troll en pociones.

Sirius rio, no de forma irónica, ni con malicia, sino que era una risa de verdad, de las que hacia que toda su cara brillase y creaba arruguitas alrededor de sus ojos. Severus perdió el aliento durante unos buenos segundos mientras el león reía, pero como la orgullosa serpiente que era preferiría morir antes de admitir que, muy probablemente, estaba absolutamente pillado por el hermano de su mejor amigo.

Black le miró directo a los ojos y Severus sintió que miraba dentro de su alma y descubría todos sus secretos más oscuros. Severus no sabia si quería que Sirius Black, de todas las personas, descubriese lo verdaderamente roto y jodido que estaba en realidad. Pero algo dentro de él le decía que, precisamente de todas las personas de ese maldito colegio, Sirius Black era la única persona no le juzgaría por todas esas cicatrices que plagaban, no solo su alma, sino también su cuerpo.

Esta vez, cuando Sirius dio un paso adelante, Severus no huyó, la varita bajada y olvidada hacia varios minutos, la serpiente esperó al león, dejándole acercarse, permitiéndose ser vulnerable a su alrededor durante un instante.

Sirius levantó su mano y acarició con delicadeza la mejilla derecha de Snape, aguantando la respiración por miedo a que esto no fuese más que otro de los incontables sueños que ha tenido con el miembro de la casa de Salazar a lo largo de los años que hace que se conocen. -Severus.-susurró Sirius, casi con miedo, viendo al mencionado cerrar los ojos e inclinar su rostro hacia la caricia que le era dada por, probablemente, la primera mano gentil que le tocaba desde que su madre había muerto hacía unas semanas.

Sirius tragó saliva, tratando de alejar de su mente esas voces que le decían lo fácil que seria besar al chico al que adoraba en ese instante, que tenia sus rosados labios al alcance de su boca, que solo tenia que inclinar un poco su rostro y sus labios se unirían, tal y como había soñado tantas veces antes de haber recogido el valor de acercársele por su cuenta para tratar de arreglar todas las veces que había tratado de llamar la atención del de ojos ónix de la forma errónea.

Seria tan fácil, Snape estaba tan accesible, tan vulnerable, solo tendría que inclinarse un poco…

Severus abrió los ojos alarmado al sentir unos labios posarse sobre los suyos, solo para ver la cara de Sirius Black pegada a la suya, el antiguo heredero de la casa Black tenia sus ojos cerrados y había empezado a mover sus labios sobre los de Severus, el Slytherin cedió durante un momento, dejándole hacer con él lo que el Gryffindor quisiera, hasta que se dio cuenta de que esa, seguramente, era la mayor broma y humillación que los Merodeadores hubiesen planeado jamás para él.

¡Eso sí que no!

Severus se separó de Black de forma brusca, Sirius aún no entendía lo que estaba pasando cuando se encontró levitando boca abajo y siendo llevado a algún lugar desconocido por Snape.

-¡Severus! ¡¿Qué estás haciendo?! – exclamó Sirius, aún sin entender del todo lo que había pasado.

-¡No creíste en serio que iba a caer por eso, ¿verdad, Black?!-exclamó Severus por respuesta. -¡¿De qué estás hablando?! ¡¿Caer por el que?!

-¡Eso! ¡Hazte el idiota! ¡Cómo si no supieses de lo que estoy hablando!

Sirius no tenía ni idea de a qué se refería Severus, hasta que se dio cuenta de que le había besado de verdad, y no solo había pensado en hacerlo, como creía en un principio. Sirius se maldijo de mil maneras distintas. ¡Por supuesto que Severus reaccionaria así si le besaba de la nada! Por supuesto que se alteraría y pensaría que era alguna clase de truco o broma por su parte.

Sirius suspiró, probablemente acababa de perder la única oportunidad de su vida de pedirle una cita a Severus Snape. Adiós a sus esperanzas de hacer que el chico que le gustaba le correspondiese.

De repente, Sirius sintió que dejaban de moverse, por lo que miró alrededor y se dio cuenta de que estaban en la orilla del Lago Negro.

-¿Qué hacemos aquí?

Severus le miró mal y le sonrió de forma irónica por toda respuesta. Al instante siguiente, a Sirius le tomó varios minutos entender porqué se estaba muriendo de frío y porqué no podía respirar, hasta que entendió que habida sido arrojado al Lago Negro sin ningún tipo de consideración. Bueno, tampoco es como si él o sus amigos hubiesen tenido alguna clase de consideración con Snape antes.

Para cuando Sirius logró volver a subir a la superficie, Severus ya estaba haciendo su camino de vuelta al castillo, y Sirius Black no había quedado en Gryffindor para rendirse al primer intento de conseguir una cita con el chico que le gustaba.

-¡Severus, espera!

Snape se congeló antes de girarse hacia Black y mirarlo enfurecido.

-No. Me. Llames. Severus.-dijo entre dientes, cada palabra era un paso en dirección al Lago Negro.-Es Snape para ti, Black.

-No.

Sirius realmente temió por su vida cuando Severus frunció el ceño en su dirección.

-¿No?

Sirius tragó saliva y dio un paso atrás, solo para sentir que uno de los tentáculos del Calamar Gigante le subía por la pierna, hasta llegarle al trasero, pero no se movió. En ese instante, que el Calamar Gigante le metiese mano era mejor opción que acercarse a un enfurecido Severus Snape.

-No.-a pesar del miedo que Snape le inspiraba en ese instante, Sirius se mantuvo firme, esta era, posiblemente, su única oportunidad de conseguir una cita con Severus, no la iba a desperdiciar.-Ten una cita conmigo.

Severus sintió su boca abrirse de la impresión. Imposible. Sirius Black. El mayor rompecorazones de Hogwarts. Pidiéndole una cita. A él, de todas las personas. No había forma de que eso no fuese una broma. Y no iba a caer.

-Me niego.

Sirius sabia que Severus se negaba porque pensaba que era una broma, pero él no iba a irse de ahí sin un “Sí”. No estaba dejándose manosear por el pervertido Calamar Gigante para ser rechazado. No, señor.

-Sé que crees que es una broma, pero te juro que no lo es, Severus.

-Ya, claro, porque tengo muchas razones para creerte, Black.

Por supuesto que no las tenía, y Sirius lo sabia, había sido un capullo con él desde el primer día, al principio solo lo había sido por ayudar a su amigo con la chica que le gustaba, pero luego le había empezado a gustar Snape, y había querido llamar su atención. Y lo había hecho de la forma equivocada, desde luego, y ahora pagaba las consecuencias.

-Sé que no tienes razones para creer en mi palabra o para confiar en mi. Lo sé. Pero no pienso irme de aquí hasta que me digas que sí.

-¿Sí? Pues buena suerte con la neumonía que te espera.

Dicho eso, el Slytherin se dio la vuelta de nuevo y empezó a caminar de regreso al castillo, de nuevo.

-¡No, espera!

Sirius luchó por salir del Lago Negro, pero ese estúpido Calamar le tenia bien agarrado y se negaba a soltarlo, si no supiese que era imposible habría jurado que ese Calamar estaba enamorado de él.

Snape no tenia ninguna intención de volver, y Sirius no se veía capaz de librarse del Calamar Gigante antes de perder a Severus de vista. Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.

-¡Me gustas!

Severus dejó de moverse, casi como si le hubiesen lanzado un hechizo inmovilizador. Y Sirius aprovechó la oportunidad.

-¡Me has gustado desde nuestro segundo año, cuando te vi cuidando de Reggie después de que unos estúpidos Gryffindors de séptimo se metieran con él! Verte cuidar de mi hermanito cuando yo no podía hacerlo me hizo ver lo buena persona que eres en realidad, y después de eso empecé a verte con otros ojos y, para cuando me quise darme cuenta, estabas en mi mente todo el tiempo y cada vez que te veía me parecías más hermoso que la vez anterior. Y, antes de que digas nada, sé que seguí gastándote bromas todo este tiempo, pero lo hice porque quería llamar tu atención, quería que te fijaras en mi como me fijaba en ti, y sé que esa no era la manera de hacerlo, y lo siento por todo el daño que te he causado a lo largo de estos años, pero realmente, realmente me gustas y de verdad quiero que me des la oportunidad de redimirme y me permitas llevarte a una cita en nuestra próxima salida a Hogsmade. Te prometo que si después de esa cita no quieres volver a saber nada de mi, no volveré a molestarte, ni siquiera con los Merodeadores.

Sirius se quedó sin aliento después de soltar su discurso, pero había valido la pena. Si no conseguía que Severus le diera una oportunidad con la verdad, entonces sabía que nunca conseguiría nada con él y, como había dicho, le dejaría en paz para siempre, aún si eso le costaba su amistad con los únicos amigos de verdad que había tenido en toda su vida.

-Sí.

Sirius oyó un susurro, pero no estaba seguro de que proviniese de Severus, pues tenía su vista clavada en el suelo, esperando un rechazo. Por lo que levantó la cabeza con fuerza al oír ese murmullo, y se encontró con la escena más adorable que jamás podría haberse imaginado. Severus Snape le miraba fijamente, con su rostro completamente sonrojado y una pequeña sonrisa intentado salir.

-¿Qué?

Severus cogió aire y se acercó a Sirius, que ya estaba casi en la orilla del Lago Negro, el Slytherin se metió al Lago con él, el agua llegándoles a los dos hasta poco debajo de las rodillas, al llegar delante del Gryffindor, Severus se inclinó y dejó un ligero beso en su mejilla.

-He dicho que sí, tendré una cita contigo,-Severus hizo una pausa, y luego le regaló a Sirius la sonrisa más hermosa que Black había visto jamás.-Sirius.

Sirius pensó que si moría en ese instante, lo haría con una sonrisa en los labios.

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