PRÓLOGO
Sé quién soy.
Sé lo que soy.
Sé cómo soy.
Y, por tanto, sé lo que no soy, quién no soy, cómo no soy. Y no seré nunca.
Pueden torturarme, pueden encerrarme, pueden aislarme, cortarme mis alas, arrebatarme mi libertad, pero no me arrodillaré. Jamás me convertiré en lo que quieren que sea. Nunca.
Aquí, arrodillado, atado y magullado. No voy a ceder, no voy a rendirme.
-¿Cuánto tiempo más vas a seguir resistiéndote?
Le miré. Él, el gran héroe número 1. El legendario Símbolo de la Paz. All Might. Enfrente de mi. Mirándome con compasión.
-No la necesito.-él frunció el ceño. Sacudí mis manos, las cadenas tintinearon y los grilletes quemaron donde rozaban con la piel de mis muñecas.-No necesito tu compasión.
Él se sorprendió por mis palabras. No se había dado cuenta, apartó la mirada.
-No es compasión.-siguió sin mirarme a la cara. Mi largo cabello cayendo por mi espalda y mi cara, tapando mis ojos, impidiéndome verle bien. Aunque no lo necesitaba, no con mi quirk.-Solo tienes que acceder a adaptarte, sobrevivir.
-¿Qué sabes tú de sobrevivir?-levanté mi cabeza. No había manera de que no le hiciese ver mi rabia, no con este tema.-¿Qué sabes tú? ¡Oh, Gran Héroe Número 1!
-Sé más de lo que tú crees.-se agachó a mi altura.-¿Crees que nací así? ¿Que nací siendo el héroe número 1, el Símbolo de la Paz? ¿Que siempre lo he tenido todo a pedir de boca? ¡No es así! ¡Tuve que luchar por este puesto, tuve que adaptarme, sobrevivir!-paró un momento, como recordando un momento pasado.-Tuve que dejar atrás a personas a las que amaba. Mi vida no ha sido fácil, joven.
Reí.
-¿Y crees que la mía sí?-escupí en el suelo a sus pies. No soportaba a los héroes. Ellos eran los culpables. Eran los verdaderos villanos de esta podrida y corrupta sociedad que dependía de ellos. La gran mayoría de villanos han sido creados porque la sociedad no los aceptaba por culpa de los héroes. Ellos son los malos. Ellos son el problema. El cáncer de esta sociedad que ha de ser erradicado.-¿Crees que he vivido una vida fácil? Durante toda mi vida he vivido encerrado en una jaula, una jaula de oro, sí, pero una jaula al fin y al cabo. Por mucho que corriera, por mucho que intentase escapar, siempre habría una manera de devolverme a mi jaula. No he tenido libertad, no he tenido infancia. Siempre tenía que ser perfecto. El hijo perfecto, el omega perfecto, el sucesor perfecto... El arma perfecta.-aparté la mirada. Jamás lloraría delante de un héroe, y menos en frente de él.-Y mientras tanto mi gente, las personas a las que tu sociedad ha rechazado, se morían de hambre, o de palizas recibidas por polis corruptos... Y no pude salvarlos, a ninguno... No pude...-me mordí el labio hasta sentir la sangre bajar por mi barbilla.
Unos dedos me agarraron por debajo de la barbilla y me giraron la cara. Al ver la mirada de All Might me sentí inquieto.
-Puedes ayudarlos.-fruncí el ceño.-Si te conviertes en mi discípulo, puedes cambiar la sociedad en la que vivimos y su realidad.-hizo una pausa.-La realidad de tu gente. Solo tienes que convertirte en mi discípulo, Shigaraki Rin.
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