Gemelos

Capítulo 40

Alrededor de la tan famosa mesa del comedor de la Mansión Slytherin se encontraban sentados Sirius, Regulus, Severus, Narcissa, Bellatrix Remus, Lucius, Cygnus y Corvus, discutiendo sobre un tema de suma importancia.

-¡No ha podido salir simplemente corriendo de la biblioteca!-exclamó Sirius, llevándose las manos a la cabeza con desesperación y tirando con fuerza de su pelo.

-¡Claro que no!-le contestó su prima, Narcissa, dando un fuerte golpe en la mesa, asustando a más de uno.- ¡No es lo que estamos diciendo! ¡¿Pero cómo narices desaparece un cuadro?! ¡Y no solo eso, sino que un cuadro de uno de los cuatro fundadores de Hogwarts!

-Cissy, amor, cálmate. -Bellatrix acarició el brazo de su prometida en un vano intento de tranquilizarla.

-¡No me pidas que me calme, Bellatrix!-Narcissa apartó el brazo del tacto de su hermana con brusquedad.

Todo el mundo se quedó callado tras aquella acción, observando a las mujeres Black, quienes se miraban entre ellas con sorpresa. Narcissa inmediatamente cogió la mano de Bellatrix, que seguía en el aire donde antes había estado acariciando el brazo de la rubia, y la llevó a sus labios para besar su dorso.

-Lo siento, lo siento tanto, hermosa. -Narcissa hundió la cabeza en el hombro de la morena y respiró profundamente.-Es que estoy tan estresada, sé que no es excusa, pero entre la boda, el cuadro, la fiesta de los gemelos... Siento que voy a explotar.

-Shhh...-Bella acarició el cabello de su amada con suavidad.-Tranquila, lo entiendo, todos estamos estresados aquí. No pasa nada.

Severus simplemente suspiró, meció con suavidad a la pequeña Sacharissa, que se encontraba en sus brazos, cuando empezó a balbucear. Sirius inmediatamente los rodeó con sus brazos y besó el hombro de Severus mientras acariciaba con delicadeza la mejilla de su pequeña hija. Severus se apoyó en su marido, el cual se había vuelto muy sobreprotector con Harry, Severus y la bebé desde que Sacha había nacido. El pocionista suspiró y cerró los ojos, recordando el día en que volvieron a casa del hospital por primera vez después de la fiesta de cumpleaños de los gemelos. Harry y los chicos ya habían vuelto al colegio, Severus no volvería hasta Septiembre del año siguiente, por lo que Dumbledore había estado buscando un profesor sustituto para lo que quedaba de año, mientras lo encontraba Severus les había ido poniendo deberes a los alumnos. Deberes que él o la próximo o próxima profesor/a de pociones tendría que corregir. Deseaba profundamente que fuese la segunda opción.

Hace aproximadamente dos semanas, Mansión Slytherin, Inglaterra, Reino Unido...

Al llegar a la Mansión Slytherin después de pasar tres días y tres noches en San Mungo, lo primero que hicieron todos fue lanzarse en los sofás que había repartidos por toda la planta baja. Durmieron durante horas, hasta que los llantos de Octans y Sacharissa los despertaron. Corvus alimentó a Octans mientras que Severus hacía lo mismo con Sacharissa. Después de eso, todo el mundo se fue por su lado.

Regulus y Corvus fueron a la biblioteca, estaban en medio de una investigación sobre la influencia que Harry tenía sobre las criaturas mágicas del bosque. Pasaron dos veces por el frente de la gran chimenea de la biblioteca, pero no fue hasta que pasaron una tercera vez que Corvus no se dio cuenta de que algo iba mal.

-Oye,-paró a Regulus de seguir caminando, ninguno de los dos se giró hacia la chimenea, Corvus por miedo a lo que se podía encontrar, y Regulus porque estaba demasiado centrado en el libro entre sus manos.- ¿no te parece extraño que Salazar no nos haya dicho ningún comentario mordaz por pasearnos tanto delante de él en su hora de la siesta?

Fue en ese momento en el que Regulus levantó la vista de su libro, asustándose también, y miró a Corvus. Ambos conocían demasiado bien al viejo fundador de Hogwarts como para saber que nada le gustaba más que encontrar excusas para lanzar comentarios mordaces a los ocupantes de su Mansión. Bueno, a todos menos a sus dos herederos, a los que adoraba y consentía de sobre manera.

Corvus y Regulus se miraron a los ojos con miedo, luego tragaron saliva para intentar deshacerse del nudo que se había formado en sus gargantas, y, por último, se giraron, muy lentamente y miraron la chimenea con atención, para luego subir sus miradas, también de forma muy lenta y encontrarse la pared vacía. Los dos magos cerraron los ojos con fuerza por lo que eso podía significar.

Acto seguido ambos hombres corrieron fuera de le biblioteca y recorrieron toda la Mansión anunciando a gritos la desaparición del cuadro de Salazar Slytherin, despertando a todo el mundo y luego reuniéndose todos en el Comedor de la Mansión.

-¡¿Cómo que el cuadro de Slytherin no está?!-gritó Sirius, mirando a su hermano y a Corvus con los ojos muy abiertos.

-¡No está!-le contestó Regulus, también gritando.- ¡Ha desaparecido o alguien se lo ha llevado!

-¡Por Merlín bendito!-Narcissa se llevó una mano a la boca con sorpresa.-¡¿Cómo ha podido alguien llevarse el cuadro de aquí?!

-¡Más importante aún!-intervino Cygnus.-¡¿Cómo narices alguien ha sido capaz de encontrar está Mansión, además de entrar en ella y encima llevarse únicamente el cuadro de Slytherin, pudiendo haberse llevado cualquier otra cosa mucho más cara o importante?! ¡Aquí hay cientos de artefactos muy caros, además de muy poderosos y también hay libros muy importantes de Merlín y Morgana! Y solo se han llevado el cuadro de Slytherin. ¿No os parece extraño?

-Ahora que lo dices. -Severus dijo, con mirada pensativa.-Sí, sí que resulta extraño.

-Tenemos que llamar a Tom.-fue lo que dijo Lucius.-Al fin y al cabo, él es el dueño de la Mansión.

-Sí, tienes razón.-apoyó Remus, girándose y abrazando el torso de su marido, para luego respirar hondo, tratando de calmarse.

Fue Bellatrix la que llamó a Tom y le contó la situación. No llegaron a ninguna conclusión, pero Tom se había puesto muy pensativo al oír la noticia, como si estuviese pensando en algo importante que ellos desconocían. Al final decidieron no decirles nada a los niños sobre la desaparición del cuadro, pues no necesitaban que se preocuparan de más por algo que los adultos podían resolver solos.

Actualmente, Mansión Slytherin, Inglaterra, Reino Unido...

Las llamas de la chimenea más cercana a la mesa, la única del Comedor que estaba conectada a la red flú, se volvieron verdes para dar paso a tres personas. El primero en aparecer fue Tom, detrás de él salieron dos mujeres, una más bajita y pelirroja, vestida con ropas muy muggles y unos botines con unos tacones muy altos, todo de color negro, aunque seguía viéndose baja al lado de la otra mujer y su pelo era corto, a la altura de los hombros, y muy ondulado y los ojos de un color casi dorado; la segunda mujer era pelinegra y muy alta, ella llevaba un túnica azul zafiro, aunque la llevaba abierta y por debajo se veía que llevaba ropa muggle, aunque mucho más disimulada que la de la otra mujer, su pelo era muy largo, le llegada a la altura de los muslos, y lo tenía liso, tenía los ojos de un gris muy oscuro, casi parecía negro, ella también llevaba unas botas con un tacón algo alto.

-Hola.-Tom saludó, con una sonrisa enorme en el rostro. Algo muy inusual cuando Harry no estaba rondando a su alrededor.

-Hola...-contestó Corvus, con algo de duda en su voz y mirando inquisitivamente a las dos mujeres, que parecían muy ocupadas mirándose fijamente, al fijarse mejor, Corvus se dio cuenta de que en verdad se estaban comunicando sin palabras.

-Oh.-fue lo que dijo Tom al seguir la mirada de Corvus, y de los demás miembros de la secta.-Dejadme presentaros a nuestras nuevas adquisiciones.-Atrajo a las dos mujeres al frente, para que todos pudieran verlas bien. -Tamsin Gamp-señaló a la pelirroja, que simplemente hizo un seco asentimiento de cabeza.-y su esposa, Morgana Ross.-ahora señaló a la morena, la cual les sonrió con amabilidad.-Ellas serán las nuevas maestras de Harry. -Corvus y Cygnus levantaron una ceja indignados ante eso, cosa que Tom notó.-No os quitaran vuestros puestos.-contestó, tranquilizando a los dos hombres.-Ellas le enseñarán a Harry nigromancia, Tamsin es la experta en este ámbito, alquimia, que es el terreno de Morgana, y entre las dos le enseñarán sobre criaturas mágicas.

-¿Eres una nigromante?-preguntó Corvus, deslizándose un poco en su asiento, como si intentara acercarse más a ella.

-Sí, lo soy.-contestó Tamsin, de forma seca.

Pero Corvus pareció brillar al oír sus palabras. Cygnus suspiró con cansancio, conocía muy bien la fascinación de su marido por la nigromancia. Sus temores se confirmaron al ver la enorme y maniática sonrisa en el rostro de Corvus. Cygnus se compadeció de la pobre mujer.

-También tenéis que saber que Tamsin será la sustituta de Severus como profesora de pociones en Hogwarts. -Severus se fijó mejor en la mujer pelirroja después de oír ese dato.-Y Morgana ha accedido a ocupar el puesto como profesora de Cuidado de Criaturas mágicas en la escuela temporalmente, dado a la inesperada baja que se ha tomado la profesora esta mañana.

Todos analizaron bien a las dos mujeres, y las dos brujas los analizaron a ellos. Después de unos minutos pareció que las dos partes se aceptaron y la tensión desapareció. Tom asintió complacido al notar eso, y siguió hablando.

-Ya las he puesto al corriente de todo, pero aún no se las he presentado a Harry. Así que Sirius, Severus.-miró a los dos mencionados.-Me gustaría que hicierais venir a Harry este fin de semana para poder hacerlo, también podéis hacer venir a Draco, si queréis.-eso último lo dijo mirando al matrimonio Malfoy, quiénes asintieron.

-¿Y qué hay de los Potter?-preguntó Regulus.

-Supongo que también los haré venir a ellos.-dijo Tom, con un suspiró y viéndose muy poco contento con eso, pero era la decisión de su pequeño ángel, y él no se opondría.-Por cierto, ellas dos se mudaran a vivir aquí, y con ellas vendrá su hija, Rowena, que tiene ehmm... ¿6? ¿7?

-8 años, Rowena cumplió 8 años hace pocos meses.-dijo Morgana, con una suave sonrisa pintada en su boca. Tom asintió.- ¡Ah!-exclamó Morgana de repente.-¿Nos dijiste algo de un cuadro de Salazar Slytherin desaparecido?

Tom la miró con duda.

-Sí, hace unas dos semanas desapareció un cuadro de Salazar de nuestra biblioteca, aquí, en la Mansión.-contestó Tom, mirando a la pelinegra aún con duda.

-Por casualidad, -Tamsin tomó la palabra.- ¿no irá dando comentarios mordaces si pasas por delante suyo en su "hora de la siesta"?

La pregunta de Tamsin los dejó a todos sorprendidos.

-Sí.-contestó Corvus, tan impresionado como los demás-¿Cómo lo sabes?

-Porque está en el despacho de Albus Dumbledore.-respondió Morgana, aun luciendo tranquila.

Nadie pudo decir nadaante la nueva información.