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Gemelos

Capítulo 42


Harry se encontraba en la Sala Común de Slytherin, con los de su círculo interno y Orien, que ya estaba empezando a encontrar su lugar dentro de los privilegiados de Slytherin.

Suspiró por décima vez en la última hora.

Todos sus amigos se miraron los unos a los otros con intriga, todos excepto Draco, quien solo rodó los ojos con irritación, porque ya sabía qué le ocurría a su mejor amigo. Harry había estado pensativo, o más bien algo triste, desde que los Slytherin habían vuelto a Hogwarts después de pasar un fin de semana en casa con sus familias por los incidentes que habían estado ocurriendo últimamente en Hogwarts. Y aquellos Slytherin que no eran sangre pura o que sus familias no los habían querido tener un fin de semana en casa, habían sido acogidos por otros Slytherins. Esta era la sutil forma de las serpientes de decirle al director que no tenía su apoyo.

-¡Bueno, vale ya!-exclamó Draco, levantándose del sillón en el que estaba sentado frente a la chimenea, y provocando que Harry pegara un brinco en su propio sillón.-¡Estoy harto de tus suspiros! ¡Solo son un par de tutoras, Harry! ¡Y están casadas! ¡Por las barbas de Merlín, hasta tienen una adorable hija juntas! ¡No puedes sentirte dejado de lado o celoso por eso!



Hace una semana, Mansión Slytherin, Inglaterra...

-Hola, cariño. -Severus abrazó a Harry con fuerza en cuanto éste salió por la chimenea, y él le devolvió el abrazo a su madre con la misma fuerza.-Te he echado de menos.

-Yo a ti también, mamá.-contestó Harry, sin darse cuenta de que los Potter, los tres, estaban en la habitación también, y que los dos adultos veían la escena con nostalgia. Ambos se soltaron en cuanto Sacharissa empezó a lloriquear y se giraron para mirar a la bebé en brazos de Sirius, quien la mecía con suavidad para luego sonreír en dirección a Harry.-Papá.-Harry prácticamente se lanzó encima de Sirius y lo abrazó con fuerza, pero teniendo cuidado de no hacerle daño a su hermana.-Hola, Sacha. Te he echado mucho de menos.-le susurró a su hermana, para luego besarle la frente con cariño, provocando una risa en la pequeña.

Cerca de ellos, Draco también se encontraba saludando a sus padres y hermanos con entusiasmo.

En ese momento, las llamas de la chimenea se encendieron, haciendo que todos se giraran a mirar a quien acababa de llegar. Grande fue la sorpresa de Harry al ver salir a las dos mujeres que había visto hablando con Tom en el pasillo de Hogwarts hacía unos días salir de la chimenea, acompañadas de una niña morena, de unos seis años. Detrás de ellas iba Tom, quien las sonrió, cosa que no le gustó nada a Harry, y luego miró a su ángel y sonrió aún más para luego acercarse a él y abrazarlo. Sin embargo, su ceño se frunció cuando su esmeralda no le devolvió el abrazo como normalmente hacía.

-Hortensia, ¿qué te pasa?-le preguntó cuando se separó de él y lo miró, aún con el ceño fruncido. Pero se encontró a Harry fulminando con la mirada a las dos mujeres. Morgana le sonrió, sin importarle la expresión asesina del chico, y Tamsin enarcó una ceja al más puro estilo Snape.-Oh. Ellas son la razón por la que he hecho que vinierais aquí este fin de semana. Amor, te presento a Tamsin Gamp y su esposa, Morgana Ross. Ellas serán tus nuevas tutoras.

-¿Qué?-Harry miró a Tom con los ojos abiertos como platos.- ¡No! ¿Qué pasa con Cygnus y Corvus?-ahora se giró hacia los dos nombrados.- ¿Es que ya no queréis ser mis tutores?

Tom interrumpió a Harry antes de que empezara a hacerse ideas equivocadas.

-No es eso, amor.-lo tomó por los hombros para que lo mirara- Tamsin es una nigromante, y Morgana una alquimista. Ellas te enseñaran nigromancia, alquimia, y también sobre criaturas mágicas. ¿Recuerdas los libros de nigromancia y alquimia que te regale el pasado Yule? Era porque ya me había puesto en contacto con ellas, pero no han podido venir a Inglaterra hasta ahora.-Harry pareció tranquilizarse, aunque aún no le gustaba que Tom les hubiera sonreído tanto, pero como iban a quedarse en su casa y no se verían mucho tampoco le importaba tanto. Además parecían poderosas.-Y, también, Dumbledore las ha contratado. Tamsin será la sustituta de Severus como maestra de pociones hasta que se acabe el curso y Morgana será la sustituta de la profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas, también hasta que se acabe el curso.-a Harry no le agradó la noticia.-Ellas y su hija, Rowena, que es la niña que está con ellas, se mudaran a vivir aquí.-y eso ya fue la gota que colmó el vaso.

Harry se giró y se agarró a Sirius con fuerza, quien ya no tenía en brazos a la bebé porque, viendo la reacción de Harry a la llegada de las dos mujeres e intuyendo su posible reacción ante las noticias de Tom, se la había pasado a Severus. Sirius agarró a Harry y lo cargó, haciendo que Harry enroscara las piernas a su alrededor y luego se giró, meciéndose suavemente, mientras caminaba a la habitación de Harry, seguido de Regulus. Tom los miró mientras se iban aún sin entender, y preocupándose cuando escuchó un ligero sollozo de Harry, estuvo a punto de ir tras ellos, pero Severus se lo impidió.

-Deja que ellos se ocupen.-le sonrió con amabilidad, sabía que ahora Tom lo iba a pasar muy mal.-No creo que Harry quiera verte ahora.

Tom asintió, preocupado al no saber el porqué del comportamiento de su ángel.



Actualmente, Sala Común de Slytherin, Hogwarts, en algún lugar de Escocia...

Los ojos de Harry se empezaron a llenar de lágrimas por los gritos de Draco, haciendo que el rubio se sintiese un poco mal. Harry se levantó, con las lágrimas empezando a correr por sus mejillas, miró a Draco de forma acusatoria para luego reprocharle.

-¡Tú no lo entiendes!-se limpió las lágrimas con furia, pero aún seguían saliendo más.- ¡Cómo tu relación con Fred y George es perfecta, no sabes lo que es sentir que tu pareja te deja de lado por dos mujeres a las que apenas conoces, o sentirte celoso por cosas sin sentido! ¡No lo entiendes!

Acto seguido, Harry salió de la Sala Común rumbo a su cuarto, donde se encerró y lloró. Athan intentó consolarlo, pero al no lograrlo juró que iría y mordería a Tom por hacer llorar a su cría, haciendo que Harry riera un poco. En ese instante, Harry estaba estirado boca arriba en su cama, mirando el techo de su habitación y recordando como descubrieron a la primera víctima del basilisco, Ron Weasley.



Hace dos semanas, Cámara Secreta, Hogwarts, en algún lugar de Escocia...

-Aquí dentro se esconde un guardián que Salazar puso hace mil años, y que ha estado esperando a que el heredero, o herederos, de Slytherin lleguen para liberarlo.-le estaba explicando Tom a Harry, mientras la puerta de la Cámara se abría para ellos.

Harry lo miraba fascinado.

-Es increíble.-Harry miró a Tom, sus ojos brillando con intensidad.-Y ese guardián, ¿tiene mil años?

Tom sonrió encantado, mirando detenidamente la cara llena de asombro y felicidad de su pareja destinada.

-Sí, tiene mil años.-asintió mientras hablaba, y luego ensanchó su sonrisa.-Seguro que puedes adivinar qué animal puso como guardián.

Harry se quedó pensativo un rato, y luego miró a Tom con los ojos muy abiertos.

-¡Un basilisco!-exclamó con emoción.

Tom solo asintió y se giró hacia la entrada de la Cámara, quedándose congelado al ver el cuerpo pelirrojo en medio del lugar. Harry siguió su mirada y su cara se desencajó del asombro.

-¿Cómo es posible-...?-luego ambos se fijaron en el cuadro y el libro que tenía el chico en las manos.

Ambos se acercaron despacio. Al llegar al lado del cuerpo se dieron cuenta de que éste estaba petrificado. Al notar eso, Tom en seguida empezó a llamar al basilisco, pero este no apareció. Tom maldijo en parsel al darse cuenta de que la enorme y milenaria serpiente se encontraba suelta por la escuela.

-Tom.-el nombrado miró al más joven, que había cogido el cuadro que el otro mago de segundo año tenía en la mano izquierda.-Es el cuadro de Salazar que robaron de casa.

Tom miró a Weasley con sorpresa, al igual que Harry. Era imposible que el chico hubiese podido entrar en su casa.

-No fue él.-la voz de Salazar les llamó la atención.-Fue el director, Dumbledore. Él entró en la Mansión y trató de camelarme con cumplidos banales y, aunque no todos, falsos. Fingí que me enorgullecía para descubrir qué tramaba.-les explicó a sus dos herederos, que lo observaban y escuchaban con atención.-Y luego le di lo que quería por diversión, y un poco de curiosidad.-miró a Tom de manera significativa al decir lo último. El mago mayor entendió a lo que se refería Salazar con lo de la "curiosidad" y resopló con desagrado.-No sé qué libro se llevó de la biblioteca privada que tengo en la Cámara, pero tengo copias de todos mis libros en todas mis mansiones, así que seguramente podréis encontrar el libro en la Mansión de Port Isaac. El libro que el chico lleva es falso, es un señuelo de Dumbledore para que no notarais nada extraño.

Los dos magos asintieron, Harry un poco dudoso ya que sentía que había algo que los dos magos mayores conocían y él no, pero no le dio importancia, porque su Tommy y él no tenían secretos... ¿verdad? Harry se sacó las dudas de la cabeza al instante, claro que no tenían secretos, nunca habían tenido razones para tenerlos, siempre fueron absolutamente sinceros el uno con el otro. Tom cogió el libro falso de la mano derecha de Ron y se lo dio a Harry, después sacaron el cuerpo petrificado de la Cámara, por mucho que les hubiese gustado dejarlo pudriéndose ahí, y lo dejaron en el baño de chicas del tercer piso, donde fue descubierto por un grupo de chicas de cuarto pocas horas después.



Actualmente, habitación de Harry en Slytherin, Hogwarts, en algún lugar de Escocia...

Harry frunció el ceño, dándose cuenta de que había habido una interacción entre los dos magos mayores a la que Harry no le había dado importancia pero que podría significar que su Tommy le escondía algo. O puede que no, puede que Harry solo estuviese paranoico por los celos que sentía por Tamsin y Morgana, solo porque Tom había sido amable con ellas. Harry se tapó la cara con las manos y se dio la vuelta en la cama, quedando boca abajo y enterrando la cara en las almohadas de su cama. ¡Se había comportado como un niño mimado y malcriado! Tom solo les había sonreído porque ellas eran lo que Harry le había pedido desde los cinco años y por fin las había encontrado.

Estaba feliz porque por fin había podido cumplir uno de los mayores caprichos de Harry. ¿Y cómo se lo había agradecido Harry? ¡Exacto! ¡Montándole una escena de celos y negándose a verlo durante una semana entera! ¡Incluso le había gritado a Draco cosas horribles y había llorado en frente de todo Slytherin! ¡Qué vergüenza! ¡Se sentía tan mal!

Se propuso disculparse, por lo que se levantó de la cama dispuesto a pedir perdón a todo el mundo, pero cuando miró el reloj que había al lado de su cama se dio cuenta de que eran la 1 de la mañana y de que todo el mundo estaría durmiendo. Suspiró, debería esperar hasta mañana para disculparse, pero definitivamente pediría perdón por ser un crío mimado y malcriado.


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