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  • Foto del escritorbabochki_lyubov

Gemelos

Capítulo 54


Había pasado una semana y Cedric evitaba a Viktor como la peste, a pesar de los intentos de este por establecer conversación con el Hufflepuff, para intentar averiguar qué narices había pasado en la Torre de Astronomía.

Pero todos sus esfuerzos caían en saco roto.

Viktor estaba en su camarote. Durante su estancia en aquella escuela, se hospedarían en el barco con el que habían llegado. Suspiró por centésima vez aquel día y siguió mirando hacia el techo como si fuese lo más interesante del mundo, mientras permanecía tumbado sobre la cama sin saber qué más hacer para tratar de arreglar las cosas con Cedric.

En ese momento llamaron a la puerta, Viktor gruñó con enfado contenido por haber sido interrumpido antes de abrir la puerta con un gesto vago de la mano. El control respecto a su magia era mayor del que todo el mundo imaginaba.

Alzó la mirada, desafiante e irritado hacia su molesto visitante. Pero esta desapareció al instante de ver al chico que estaba en su puerta.

-Tú...-se sentó en la cama con la sorpresa impresa en su rostro como si fuese una imagen impresa en papel.- ¿Qué quieres?

El joven que se encontraba en el umbral de su puerta no se inmutó por su tono ni por su apariencia hostil. Simplemente entró en la habitación como si se tratase de su propia casa y cerró la puerta detrás de él de la misma forma en la que Krum la había abierto, con magia no verbal y sin varita. Demostrándole su poder.

-¿Que qué quiero?-susurró el pelinegro, acercándose a Krum despacio, sin mirarlo, demasiado entretenido observando a su alrededor.

Cogió un objeto de encima de la mesita de noche de Krum y lo examinó con cuidado antes de dejarlo en su lugar de nuevo. Luego volvió a centrar sus ojos bicolor en el búlgaro.

El verde oliva de su ojo izquierdo intimidaba mucho más que el color miel de su ojo derecho. Pero lo más intimidante, sin duda alguna, era la forma vertical de sus pupilas, que se veía fuertemente acentuada por el delineador negro que usaba y la forma oriental de sus ojos.

-Lo que quiero es matar al bastardo de Amos Diggory con mis propias manos. Eso es lo que quiero.

Por un momento, Orien Birdwhistle pareció exactamente lo que el emblema de su casa representaba, una serpiente en toda regla.

-¿Por qué querrías matar al padre de tu mejor amigo?-preguntó Krum, frunciendo el ceño, preparándose para pelear si hiciera falta.

Aunque algo en su interior le decía que no debía enfrentarse al chico, Krum lo ignoró. Al fin y al cabo, solo era un chico de cuarto año.

Orien levantó una ceja con sorpresa, antes de fruncir el ceño con fuerza.

-¿Que por qué?-Cormark rió con ganas, pero fue la risa más fría que Viktor había oído en su vida.-Porque ese maldito no hace más que maltratar a Cedric. Una y otra vez.-Orien miró sus manos con impotencia.-Le pega, le humilla, le insulta, le amenaza...

El tono de la voz del chico fue bajando a medida que enumeraba los horribles actos. Cada palabra iba calando más hondo dentro de Viktor al entender lo que ocurría con Cedric. Sus ojos se agrandaban a medida que Orien hablaba.

-Y Cedric no puede hacer más que aceptarlo y seguir adelante con el miedo de hacer algo mal y que su padre se entere.

-¿Es por eso que cortó conmigo...?-aunque más que una pregunta, lo que Viktor hizo fue una afirmación. Orien asintió, aun mirando sus manos, parecía haberse calmado un poco.- ¿Qué le dijo su padre?

Orien se encogió de hombros, volviendo a mirar a Viktor, pero sus ojos volvían a estar normales, con las pupilas redondas. Viktor sintió un escalofrío.

Algo en ese chico no era normal.

Pero no importaba, porque era el mejor amigo de Cedric y, por tanto, él lo aceptaría como fuese, sin importar nada, siempre y cuando fuese bueno para Cedric.

-Seguramente Amos le dijo lo mismo de siempre. -Orien hizo una pausa, parecía estar examinando a Viktor.-Que estar con otro hombre es horrible y asqueroso, y que debía conseguirse una buena chica, y esa clase de gilipolleces.

Viktor suspiró.

-Así que es de esos, eh.-Krum cerró los ojos con fuerza, Cormark frunció el ceño confundido.-Mi padre era igual.

Orien se sorprendió mucho por la revelación, pero no dijo nada. Viktor volvió a abrir los ojos después de un rato, lucía muy decidido.

-¿Dónde está Cedric ahora?-preguntó, Orien sonrió.

En ese momento supo que Viktor era el adecuado para Diggory, es más había superado sus expectativas con creces.

-Rondando por el corredor del séptimo piso.-le dijo, al ver que Viktor se ponía en pie y empezaba a salir de la habitación le dijo:-Si te das prisa puede que lo cojas antes de que entre a la Sala de los Menesteres.

Viktor no entendió, pero asintió y se puso a correr.

Llegó mientras Cedric se paseaba una y otra vez delante de un pared, hasta que de esta surgió una puerta, dejando a Viktor sorprendido.

Tardó un instante en recuperarse de la impresión e ir tras Cedric, agarrándolo del brazo.

Cedric se giró, mirándolo sorprendido. Luego miró a ambos lados del pasillo y tiró con fuerza de Viktor dentro de la habitación, que se había convertido en una habitación muy... como decirlo, ambientada para una ocasión que Cedric no estaba dispuesto a dejar que ocurriese. Pero Krum ni siquiera lo notó. Solo estaba centrado en Cedric.

-Cedric...

Pero el rubio le interrumpió antes de que pudiese hablar.

-¡No deberías estar aquí!-le gritó, zafándose del agarre de Viktor y empujándolo por los hombros. Aunque no lo hizo con mucha fuerza. Krum vio el pánico en los ojos de Cedric.-¡Si él nos ve hablando juntos le hará daño a Orien! ¡Tienes que irte, ya!

Viktor lo entendió todo en ese momento. Su padre no solo le había insultado, sino que además había amenazado con hacer daño a Birdwhistle.

-Estoy bastante seguro de que tu amigo podrá apañárselas solo si hiciese falta.-dijo Krum, de forma lenta, acercándose a Cedric con cuidado.-Y tú no deberías dejar que nadie te haga sentir menos de lo que eres, Cedric.

-¡Tú no sabes nada!-gritó Digory, alejándose, con lágrimas bajando por sus mejillas.

-Sé lo suficiente. –Rebatió acercándose.

Krum logró agarrar a Cedric por los codos y lo acercó a él, luego bajó su brazo izquierdo a su cintura y la rodeó, mientras que su brazo derecho subió hasta sus mejillas, para limpiar las lágrimas que bajaban descontroladas por ellas. Cedric cerró los ojos e inclinó su cabeza, buscando el toque de la mano de Viktor, provocando una sonrisa enternecida en el búlgaro.

-Yo también tuve un padre como el tuyo, Cedric, aunque algo me dice que el mío era más directo y más brusco que el tuyo.-Cedric abrió los ojos de golpe y con sorpresa.

-Las cicatrices en tu espalda...-susurró Cedric, con comprensión. Viktor asintió. Cedric había visto las múltiples cicatrices en la espalda del más alto después de la segunda prueba, cuando Viktor se cambió de camiseta.-Por Merlín, Viktor...-Cedric llevó sus manos a su cara, tapando su boca con horror. Luego las llevó al rostro de Viktor y lo acarició con temor de romperlo.-Yo, yo... Por Merlín.

-Lo sé.-Viktor susurró, mirando a Cedric con amor.-Yo no tuve a nadie que me ayudara, pero logré escapar de mi padre.-Viktor cogió una de las manos de Cedric y la llevó a sus labios, besándola.-Pero te prometo que no te dejaré solo en esto, Cedric. Estaré contigo en todo momento.

Cedric lloró, lloró mucho mientras asentía, lleno de amor y agradecimiento. Besó a Viktor, sin duda alguna el beso más intenso que esos dos habían compartido hasta el momento.

Poco a poco el beso fue pasando a algo más íntimo. Algo mucho más intenso que los dirigió hacia la cama, cubierta por suaves sábanas perfumadas, que la Sala había dispuesto para ellos.

Por supuesto que disfrutaron de ella durante horas, incluso cuando los rayos del sol se habían ido por completo, continuaron, sin descanso, hasta quedar completamente rodeados por los brazos de Morfeo y los suyos propios, de los cuales no querrían separarse bajo ningún concepto.


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