top of page
  • Foto del escritorbabochki_lyubov

Gemelos

Capítulo 58


Unas semanas después de que el divorcio entre Bellatrix y Rodolphus se formalizara estaba toda la secta reunida en la Mansión Slytherin, comiendo y celebrando. Todos estaban felices de que la pareja de locas hermanas Black al fin pudiesen celebrar su tan ansiada boda el verano del año siguiente.

Bueno, todos menos Harry.

El ojiesmeralda se encontraba apartado de los demás, aislado en su propio mundo y muy pensativo. Draco, Tom y el matrimonio Black lo habían notado, pero dos de ellos conocían a Harry de toda la vida y los otros dos llevaban suficientes años siendo los padres adoptivos de Harry y todos sabían que cuando el chico se ponía en ese estado si alguien se acercaba a hablarle se cerraría en banda y fingiría que todo estaba bien aunque no lo estuviese. En esos momentos lo mejor era dejar a Harry solo hasta que el adolescente estuviese listo para hablar por su cuenta.

Pero, por supuesto, los Potter no conocían ese detalle del chico, por lo que, cuando el matrimonio y su hijo vieron a Harry tan aislado y pensativo, no pudieron evitar acercarse preocupados. Regulus, quien también era consciente de todo y se encontraba cerca de los Potter, trató de detenerlos pero, para sorpresa de los demás, Harry permitió que el matrimonio y el chico pelirrojo se acercasen a él y le hablasen. Les permitió hablarle y abrazarlo, Harry incluso se apoyó en Lily, buscando su calor y se aferró a la túnica de James con desesperación, ni siquiera dijo nada cuando Abraham empezó a acariciar su pelo. Les permitió cuidarlo y mimarlo, cómo si ellos fuesen su bote salvavidas en medio de un furioso y profundo mar tormentoso.

Sirius, Severus y Regulus sintieron como gradualmente un dolor agudo iba creciendo en su pecho al presenciar esa escena. Es decir, los tres sabían muy bien que ninguno de ellos eran los verdaderos padres de Harry, que ahora que los Potter habían conseguido una segunda oportunidad ellos querrían cuidar de Harry como lo que era, su hijo. Pero una cosa era ser consciente de ese hecho, y otra cosa completamente diferente era ver con sus propios ojos cómo Harry les permitía cuidarlo en uno de sus momentos vulnerables, estando en un estado en el que, hasta ese día, jamás había permitido a nadie acercársele o cuidarlo. Era doloroso para ellos ver cómo los Potter habían conseguido en cuestión de dos años lo que nadie había sido capaz de conseguir en 13 años.

Pero todo eso pasó a segundo plano cuando la luz de la chimenea cambió de naranja a verde, anunciando la llegada de un nuevo invitado.

-¿Qué está pasando?-preguntó alarmado Remus, después de haber mirado alrededor y darse cuenta de que no faltaba nadie de la secta, por lo que nadie más debería de poder llegar hasta la Mansión.

Tom estaba listo para sacar su varita al ver a un hombre alto y robusto vestido todo de cuero negro salir de la chimenea, cuando vio a Harry y los Potter acercarse a él de forma tranquila. ¡Ellos incluso estaban sonriendo!

-Llegas un poco tarde.-dijo Harry, su voz sonando burlona de una manera en la que, hasta ese preciso momento, solo sonaba cuando hablaba con Tom.-¿Estabas demasiado entretenido haciendo de rompecorazones, apuesto galán auror?

Nadie podía creer lo que veían, todos estaban shock viendo a los 4 Potter recibir a ese desconocido cómo si se tratase de un miembro más de su familia.

El hombre, el cual había inspeccionado a todos los miembros de la sala, y también a la sala misma, había lucido completamente serio hasta que Harry empezó a hablarle. Entonces miró al chico y una dulce sonrisa apareció en sus labios, había tanto cariño y aprecio en su mirada que cualquier persona normal que la viese se sentiría capaz de vomitar arcoíris por una semana entera.

Tom decidió alejar la mano de su varita, no quería romperla, sus puños estaban demasiado apretados, tanto que sus nudillos se habían vuelto blancos. Lo único que el ex–Señor Oscuro quería hacer era matar a ese hombre que se atrevía a mirar a su Hortensia con tanta familiaridad y cariño. Su límite se rompió cuando su Harry se lanzó a los brazos de ese hombre riendo risueño mientras el de ojos dorados le correspondía y le revolvía el pelo con demasiado cariño para el gusto del Rey de las Serpientes.

-¡Aléjate de MI chico!-gritó Tom, caminando a paso rápido hasta donde ellos estaban.

Harry separó su rostro del pecho del auror mirando a Tom como si no le importase lo que dijera, el auror, por su lado, solo miraba al mayor con diversión. No se habían dejado de abrazar en ningún momento.

-Tommy, lo que sea que te hayas montado en esa retorcida cabecita tuya,-Harry tocó la frente de Tom cuando él llegó al lado de ellos dos.-no es lo que está pasando.

-¿Y me harías el favor de explicarme qué narices está pasando, entonces, Harrison?-preguntó Tom, su tono agresivo y sus manos a dos segundos de separar a esos dos por la fuerza. A nadie le pasó desapercibido el hecho de el mago mayor había usado el nombre completo del chico en vez de Harry o alguno de los apodos cariñosos que tenía para él.

Tom jamás había llamado Harrison a Harry.

Harry suspiró, le sonrió al auror con una disculpa escrita en toda su expresión y luego se separó de él y se lanzó a los brazos de Tom. La serpiente mayor lo agarró en seguida de la cintura y beso su cuello con posesión, dejando una muy visible marca roja allí, marcando territorio. Luego miró al auror con toda la hostilidad que se había guardado desde que había dejado de ser Lord Voldemort. Esa mirada solía hacer que la gente se mease encima (literalmente) del miedo que sentían al recibirla. Pero ese hombre simplemente estaba ahí, tan tranquilo con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y hablando con Abraham, ignorando a Tom por completo.

Eso dejó impactados a todos los que no lo conocían. Por mucho que Tom hubiese dejado de ser Voldemort hace años, cuando se enfadaba así nadie se atrevía a desafiarle o ignorarle. Nadie aparte de Harry.

Luego Tom se dio cuenta de que ese hombre miraba y abrazaba a Abraham exactamente de la misma forma en que lo había hecho con Harry. Con cariño y dulzura, y una sonrisa de profundo afecto pintada de forma permanente en sus labios.

-Te dije que no era lo que pensabas, viejo tonto.-le dijo Harry antes de darle un pequeño y casto beso en los labios.

-¿Harry?-preguntó Corvus, tan sorprendido como todos los demás.-Cariño, ¿qué está pasando aquí?

Harry los miró, como dándose cuenta por primera vez de que había alguien más en la habitación. El hombre, que era auror según había dado a entender Harry, también dejó de hablar con James y Lily para prestarles atención.

Harry sonrió. No de forma divertida, ni maliciosa, ni de forma forzada, sonrió con felicidad, había genuina felicidad pintada en toda su expresión mientras se separaba del abrazo de Tom y se volvía a acercar al auror.

-Queridos y amados miembros de esta secta-no-tan-secta,-empezó, haciendo que muchos rodaran los ojos por el nombre que Harry le había puesto al grupo hacía unos años y que usaba cada maldita vez que tenía la ocasión.-este de aquí es el Apuesto Galán Auror del Departamento de Aurores del Ministerio de Magia.

Tom, Lucius, Sirius, Cygnus, Narcissa, Tamsin, Fred y George enarcaron una ceja con escepticismo. Pero al final, el único que habló fue Regulus, el cual se había cruzado de brazos, entre escéptico y divertido.

-¿Apuesto Galán Auror?

El denominado "Apuesto Galán Auror" suspiró divertido y negó con la cabeza mirando a Harry, cómo si le hubiese regañado por eso demasiadas veces como para saber que ya no valía la pena molestarse con ello. Harry solo sonrió y se encogió de hombros de forma inocente, como cada vez que gastaba una broma y le pillaban.

-Ignoradlo. -dijo el auror, su voz sonando gruesa y profunda, un hermoso barítono que hizo que más de una persona en la sala sintiera escalofríos, y no precisamente escalofríos de los malos...-Desde que me puso ese apodo se empeña en llamarme así cada vez que tiene la oportunidad.-a nadie le sorprendió esa información, todos conocían demasiado bien a Harry, después de todo.-Podéis llamarme North.

-North...-dijo Regulus, de forma tentativa. Ignoró a su hermano cuando Sirius le miró mal.-¿Qué clase de padres nombran a su hijo según un punto cardinal?

Por alguna razón la pregunta de Regulus les resultó extremadamente graciosa a los Potter, Harry y al auror, porque los cinco empezaron a reírse.

-North es solo un apodo.-dijo el auror entre risas ligeras.-Me lo pusieron en la oficina porque vengo de Norte América, a pesar de que mi familia es originaria de Inglaterra y todavía hay una rama que se quedó aquí cuando un antepasado se fue a América.

-¿Eres sangre pura?-preguntó Tom.

Harry estuvo a punto de pegarle por ser tan grosero, pero North no le dejó.

-Está bien, bebé, no me molesta su pregunta.-a todos se les cortó la respiración cuando North llamó bebé a Harry, pero el auror no pareció notarlo, y siguió hablando.-Sí, soy sangre pura, mi apellido es Graves.

En ese momento Harry hizo un puchero mientras los otros 3 Potter intentaban aguantarse la risa, y el resto de la secta miraban a Tom con preocupación, pues sabían que el mago oscuro estaba a nada de abalanzarse sobre el auror y matarlo. Harry o decidió ignorar a Tom, o no notó nada en absoluto, porque siguió con su puchero y dio un pisotón en el suelo como un niño mimado mirando mal a North.

-No me llames bebé.-dijo con voz de niño pequeño, mientras seguía con su puchero y se cruzaba de brazos de forma muy infantil.-Ya tengo 14 años, ya no soy un bebé.

North se rió y luego le pellizcó la mejilla con cariño.

-Pero mírate, cómo no vas a ser un bebé cuando haces estos pucheritos...-el auror hizo una pausa, sonrió y luego continuó.-bebé.

Harry infló los mofletes aún más, dio otra patada al suelo y luego corrió a esconderse detrás de Lily, gritando:

-¡Maaaa ~! ¡Dile que deje de molestarme!

Lily se rió mientras le acariciaba la cabeza, luego se giró hacia el auror y le dijo en un fingido tono enfadado:

-Señor Graves, creía haberle dicho ya que dejase de molestar a mi pequeño bebé. Mi marido y yo somos los únicos que podemos llamarlo así.

Harry la miró con la boca abierta en una expresión indignada antes de correr a esconderse detrás de Severus.

-¡Mamáááá! ¡Me están molestando!

El adolescente se agarró a la cintura de Severus y fingió llorar hasta que el pocionista reaccionó y lo abrazó mientras le acariciaba el cabello con cariño.

-Oh, pues si te están molestando siempre puedes usar el hechizo que te enseñé hace unos meses.-dijo en un tono suave y cariñoso, un tono que nadie fuera de la secta creería que era capaz de usar.

-¿Levicorpus?-preguntó Harry.

Snape asintió y a Harry se le iluminó la cara.

-No hace falta llegar a la violencia, solo es una pequeña broma y lo sabes.-dijo North de forma apresurada.-No es como si fuese la primera vez.

-Hablando de eso...-dijo Sirius, que seguía luciendo igual de molesto como hace cinco minutos atrás, igual que Tom, el cual ya no sabía a quién arrancarle la cabeza primero, si al auror, a los Potter o a sí mismo.-¿Cuánto hace que os conocéis?

-Oh-Harry se separó de Severus y miró alternativamente de Tom a Sirius, como considerando a cuál de los dos celosos compulsivos calmar primero, al final se encogió de hombros y dejó esa decisión en manos del destino, por muy perra que este fuese con él al final siempre le había servido para algo.-North se me acercó en el banquete de fin de curso, al parecer me vio un par de veces en clase de DCAO y le pareció que podría darme clases de defensa personal para mejorar mis habilidades defensivas. Luego hablamos con pa' y estuvo de acuerdo con la condición de que él estaría en las clases también y Abraham acabó uniéndose a mis clases. Hace unos días ma' sugirió que sería buena idea presentar a North a la secta y dejar que si alguien más quiere unirse a las clases que lo haga.

-¡¿Llevas tres semanas teniendo clases particulares de defensa personal cuerpo a cuerpo con este individuo sin decírnoslo?!-exclamaron Sirius y Tom al mismo tiempo, nadie sabía cuál de los dos estaba más indignado.

Harry se encogió de hombros, volviendo a abrazar a Severus quien lo recibió encantado entre sus brazos.

-Sí, ¿y?-dijo el chico, mirando a los dos cómo si fuesen dos locos recién sacados de un manicomio, el resto de la secta no se atrevía a intervenir por miedo a las represalias.- ¿Cuál es el problema? Vosotros mismo dijisteis que cuanto más preparado estuviese mejor, porque no sabemos cuándo Dumbledore puede atacar.

Los dos hombres abrieron y cerraron sus bocas en varias ocasiones como un par de peces fuera del agua, sin saber qué decir exactamente, pues ellos sí habían dicho eso el verano anterior. Pero esto desde luego no formaba parte de sus planes.

De los de ninguno de los dos.

-Bien.-dijo Sirius, cuando una idea pareció iluminarlo y recuperó el habla.-Puedes seguir siempre y cuando TODOS los demás se unan a las clases y...

Harry lo miró medio exasperado esperando a que su padre adoptivo continuara, pero Sirius se había quedado sin ideas. Aunque, por supuesto, Tom llegó al rescate de su "suegro adoptivo".

-Y...-dijo con exageración.-Que Bellatrix supervise las clases.

Bellatrix lo miró con sorpresa antes de sonreír.

Tanto James como North miraron a Bellatrix con ojos desorbitados, parecían esperar que rechazara la oferta. Por el contrario, la loca hermana Black solo exclamó:

-Claro, ¡será divertido!


0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page