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  • Foto del escritorbabochki_lyubov

Gemelos

Capítulo 60


Junio. Era verano, y todos agradecían en sobremanera que lo fuese.

Ese quinto año, sexto para los gemelos, en Hogwarts había sido un año largo, un año muy largo. Sobre todo para Narcissa y Bellatrix, cuya boda se celebraría en Julio. Ambas habían tenido que hacer de niñeras de los hermanos Lestrange durante todo el año.

Las mujeres se habían visto obligadas a interferir en más de una ocasión para que esos dos no acabaran violando al pobre chico Weasley en cualquier rincón del Ministerio.

En algún momento a mediados del curso escolar, los dos hermanos creyeron que el hecho de que Percy prácticamente corría suplicando la ayuda de las dos hermanas Black cada vez que se encontraba a solas con los hermanos Lestrange significaba que los estaba rechazando, y como los Slytherins que eran, ambos hermanos se emborracharon todo una noche y dieron la lata por su roto corazón a las hermanas Black.

Después de eso se pasaron una semana entera encerrados en su nueva mansión, llorando y durmiendo porque "Percy no nos quiere."

Grande fue la sorpresa de Bellatrix al ir a abrir la puerta un día (Narcissa y ella cuidaban de los hermanos Lestrange en su "depresión" para que no murieran de hambre o algo así, les habían cogido cariño) y encontrarse con el mismísimo Percy Weasley, sonrojado y nervioso, preguntando por los hermanos Lestrange.

Cuando Rodolphus y Rabastan supieron que Percy estaba ahí, fueron corriendo a recibirle. Lo que pasó después de su bienvenida, era desconocido para Narcissa y Bellatrix, pero por lo menos las dos mujeres tenían la certeza de que esos dos no morirían de tristeza.

Pasada la reconciliación, el pelirrojo les contó la situación.

Percy iba en busca de las hermanas Black en el Ministerio porque su jefe era el mismo Ministro Fudge, el cual todo el mundo sabía que era un homofóbico sin remedio, y si le veía, no solo con otro hombre, sino con dos hombres, estaría más que despedido. Así que los hermanos Lestrange acordaron dejar de acosar a Percy en el trabajo, pero a cambio Percy debía irse a vivir con ellos, cosa que el chico aceptó de buena gana, pues vivir en La Madriguera era un infierno.

Cuando Molly y Arthur Weasley se enteraron de en qué andaba metido uno de sus hijos favoritos, pusieron el grito en el cielo y amenazaron con desheredar a Percy, a lo cual él respondió:

-"Y a mi qué si me desheredáis, por si no os habéis enterado, me voy a vivir con Rodolphus y Rabastan Lestrange, Lords de una gran familia sangre pura. No es como si me fuese a faltar el dinero en su casa. De hecho, hasta viviré mejor que aquí."

Al oír aquella contestación a Molly casi le da un infarto, su desmayo fue la distracción que Percy necesitó para salir de la casa, y no volver.

Unos meses después, de manera algo apresurada para las hermanas Black, pero muy lenta para Sirius, Rodolphus y Rabastan anunciaron, en una cena en la Mansión Slytherin donde Percy vio a sus hermanos pequeños Fred y George por primera vez desde que empezaron el año escolar, que se iban a casar con Percy en primavera del año siguiente.

Razón por la cual casi acaban siendo castrados por parte de los gemelos Weasley. Sin embargo, al final todo acabó en felicitaciones por parte de casi todos los miembros de la secta, excepto los gemelos que habían sido castigados por Draco y no podían hablar, aunque de haberlo podido hacer tampoco los habrían felicitado. Harry, como era costumbre, se encargó de poner al día a Percy de las cosas más importantes, pues el Weasley podría llegar a ser una pieza clave si al final acababa habiendo una guerra, por su posición tan cercana al Ministro de Magia.



Por otro lado, en Hogwarts las cosas estuvieron más calmadas, aunque no del todo. Abraham Potter era el buscador oficial de Gryffindor desde su segundo año y, al parecer, durante ese año le vino a la mente la brillante idea de regalarle a Harry las snitch doradas que atrapaba, las que le dejaban quedarse, claro. Y como Dumbledore lo tenía en un pedestal, se las regalaba todas. Harry quería destruirlas todas, pero Draco le convenció de guardarlas, pues quizás algún día le sirvieran para algo, aunque Harry no veía la utilidad de esas pelotas voladoras, decidió escuchar a su mejor amigo. Harry le echó la bronca más de una vez a Abraham por esas snitch, porque se sentía mal por Orien, pero no parecía que al otro chico le importara.

Orien y Abraham habían empezado una relación un tanto extraña a ojos de los demás, pero que a ellos dos les funcionaba y con eso bastaba. Nadie entendía por qué Orien no se ponía celoso por los actos de Abraham, pero lo que no sabían era que la idea de las snitch había sido cosa de Orien, que sospechaba de algo sobre Harry y usaba las snitch para poder descubrirlo, pues las sombras, las cuales podía manipular a su antojo, no eran capaces de conseguirle la información que quería de Harry.

Y como el Potter menor tenía curiosidad por su hermano, aunque su amor romántico ya estaba en un segundo plano, había decidido ayudar a su novio en eso. A los dos se les hacía muy extraño llamarse novios en público, por eso nunca lo decían así y por eso la gente consideraba que tenían una relación extraña, cuando en realidad era bastante normal, dentro de lo que cabe.

Para este momento, las snitch les habían permitido hacerse una idea de lo que pasaba con Harry, pero esperaban estar equivocados, porque si tenían razón con respecto a lo que habían descubierto, la vida de Harry corría un enorme peligro. Y no sabían hasta qué punto Harry o Tom, o el resto de la secta, estaban al tanto de la situación del gemelo Potter mayor.

Orien y Abraham estaban preocupados por el pelinegro, por eso habían decidido enfrentarlo este verano. Sin embargo, ambos sabían que serían asesinados si la boda de las hermanas Black se cancelaba por su culpa, por lo que decidieron esperar hasta después de la boda para enfrentar a Harry. De esta forma, además, tenían más tiempo para confirmar sus sospechas.

Aunque eso no había sido lo único de interés que había ocurrido en Hogwarts ese año. Puesto que Dumbledore no confiaba ni en Harry ni en sus amigos Slytherin y tampoco le hacía gracia que su chico de oro se juntara con ellos en lugar de con los idiotas comprados que había en Gryffindor, sus posibles reuniones y sus conversaciones era estrechamente vigiladas dentro de Hogwarts, por eso Harry llevaba buscando un lugar donde pudieran reunirse y hablar con total libertad sin miedo a ser escuchados des del curso anterior, aunque sin éxito, cabe decir.

Sin éxito hasta ese año. Fue pura casualidad, en realidad. Tommy le había regalado un collar con el escudo familiar de los Black y el lema de la familia escrito en parsel en el reverso. Un día, paseando por Hogsmeade, Harry y Draco habían quedado atrapados en un callejón y, para entretenerse, Draco le había preguntado a Harry qué ponía en la parte trasera del colgante. Harry, ya que no tenían nada mejor que hacer, le tradujo la frase a Draco. "Toujours pur", o "Siempre puro" en inglés, que era el lema de la familia, el cual también podía verse en francés en el escudo. Pero antes de que Harry pudiera explicarle la última parte, el suelo debajo de sus pies se había abierto y Harry y Draco habían caído en un lugar muy oscuro y muy duro. Con un lumos Harry y Draco iluminaron el lugar y descubrieron que se trataba de un bar abandonado. Los dos Slytherins decidieron explorar el bar y descubrieron un retrato de Phineas Nigellus Black. Aunque ese retrato no era uno de los que cobraban vida después de la muerte de la persona, era, de hecho, un retrato del antiguo director de Hogwarts en el que estaba vestido de bufón y estaba tan ridículo que ni Draco ni Harry habían podido parar de reír durante lo que les pareció horas. Otra cosa que descubrieron fue un pasadizo detrás de la barra, llena de alcohol que probablemente estaba más que "caducado" por decirlo de alguna forma, que los llevó hasta el sótano de Honeyducks, donde Harry y Draco sabían con certeza que había otro pasadizo secreto que conducía directamente a Hogwarts, aunque aún no habían tenido el honor de probarlo directamente.

Así fue como Harry y Draco encontraron el lugar perfecto para poder mantener reuniones secretas con toda la secta-no-secta en Hogsmeade y, también, poder huir de Hogwarts cuando quisieran sin que Dumbledore detectase nada. Regulus fue quien dedujo que, muy probablemente, ese bar clandestino había sido creado durante la "ley seca" que el director Black había impuesto en Hogwarts cuando asumió el cargo, a juzgar por la contraseña y el ridículo retrato del director encima de la chimenea del lugar.

Y, por último, en sus esfuerzos por socializar más, cómo Tommy le había pedido, Harry había acabado haciéndose amigo de una Ravenclaw un año menor que él y sus amigos (y dos años menor que los gemelos), llamada Luna Lovegood. La chica era un poco extraña, pero a Harry y a Draco les gustaba, y, por tanto, al resto de Slytherins también, porque los amigos de los dos líderes de Slytherin eran amigos de toda la casa Slytherin. Además, Luna sabía cosas que nadie más sabía, ningún miembro de las secta había descubierto aún cómo es que la chica sabía las cosas que sabía, pero a las locas hermanas Black les había dado. Se habían enamorado de la chica nada más verla la primera vez que Harry la había traído a una reunión en el bar clandestino y ahora ya no había forma de que no la soltaran.

Luna, de hecho, iba a ser la que llevase los anillos en su boda. Además de que en cuanto las dos locas mujeres viesen la oportunidad, se la robarían a su padre y no se la devolverían jamás.

Así que, sí, había sido un año muy largo.



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