top of page
  • Foto del escritorbabochki_lyubov

I See You

Capítulo 2


Harry estaba maquinando mil y una formas de sonsacarles la verdad sobre sus padres a esos inferiores y mugrosos parientes suyos cuando oyó los golpes en la puerta principal. Dos golpes, fuertes, impacientes. Harry estaba bastante seguro de que la persona que había llamado a la puerta no quería estar ahí.

El niño frunció el ceño, pensando. Todos los conocidos de los Dursley sabían que hoy estarían comprando los útiles escolares de Dudley, puesto no se cansaban de presumir cómo su Dudley iba a ir a este nuevo y prestigioso colegio. Así que eso significaba que quien estuviera tocando a la puerta, de nuevo y de forma más agresiva esta vez, no estaba ahí por los Dursley.

Harry enarcó una ceja con sorpresa. Por lo que probablemente era alguien que había venido por él. ¿Así que sí sabían que él no tenía conocimiento alguno de este mundo suyo? Pero por qué había tardado tanto en llegar el profesor si la carta había llegado hacía una hora, si los cálculos de Harry no se equivocaban. El chico se encogió de hombros, ya lo averiguaría, primero tenía que salir de esa alacena para abrir la puerta antes de que el profesor decidiera irse. Cosa muy probable si los agresivos en impacientes golpes en la puerta le daban una pista.

Harry se concentró, si tenía magia debía poder usarla para salir de la alacena, intentó abrir el pestillo, pero al ver que eso no funcionaba deseó que ese pestillo explotara para poder salir. Para su sorpresa, a diferencia de su intento por abrir el pestillo de forma normal, la cosa explotó nada más el pensamiento pasó por su mente. Así que Harry tenía afinidad por las explosiones ¿eh? El chico sabía que el posible mago que estaba en la puerta había oído la explosión, por lo que no se sorprendió cuando, antes de poder salir de su alacena, oyó la puerta de entrada chocar contra la pared al ser abierta con brusquedad.

Cuando Harry salió de la alacena se encontró de cara con un hombre de túnicas negras y pelo largo y algo brillante, la gente lo confundiría con grasa pero Harry estaba seguro de que era algo más bien parecido a la gomina, el señor debería dejar de usar esa cosa en su pelo o lo estropearía (y Harry lo sabía bien pues amaba cuidar su pelo incluso dentro de las limitaciones de las duchas al aire libre con una manguera de agua fría), unos ojos negros como el carbón le miraron entrecerrados con sospecha y un palo de madera estaba levantado en su dirección. Harry levantó una ceja, escéptico, inspeccionando el palo que, suponía, era una varita.

-Siento mucho el ruido pero, como ve, necesitaba salir de mi...-Harry hizo una pausa, pensando en cómo denominar su alacena sin sonar como un niño débil necesitado de ayuda.-lugar de descanso,-el niño asintió para sí mismo, satisfecho con su elección de palabras-antes de que decidera irse y dejarme con todas las dudas y sin opción de comprar mis útiles escolares o responder a mi carta de aceptación.

El hombre, que estaba visible tenso, bajó el palo, perdón, varita, y la guardó en su manga, probablemente en una funda que tenía escondida ahí. Harry dio un paso más cerca, aunque bueno, el hombre ya estaba muy cerca, casi en la puerta de su alacena, pero Harry era educado. Eso era lo único bueno que había aprendido de esos mugrosos parientes suyos.

-Soy Harry Potter, aunque usted ya debe saberlo, es un profesor de la escuela que ha venido a mostrarme la sociedad ¿mágica? ¿se llama así? Bueno, lo que sea, y a llevarme a comprar mis útiles escolares, ¿cierto?-dijo Harry, haciendo una pausa, pero siguiendo antes de que el hombre pudiera contestar.-¿Este colegio de magia tiene fondos para los niños con problemas económicos que no pueden comprar sus útiles escolares o simplemente tengo que vender mis órganos a un traficante para conseguir el dinero necesario para comprar el material escolar? No me malinterprete, si se trata de la segunda opción no tengo problema alguno en vender mis órganos...

El hombre lo cortó antes de que pudiera seguir hablando. Harry se sorprendió del poder que una ceja enarcada podía tener empleada de forma adecuada.

-Señor Potter,-a Harry no le gustó la pausa que el hombre hizo antes de decir su apellido de forma en que parecía que estuviese escupiendo veneno.-estoy aquí para acompañarlo a comprar sus útiles escolares, sí. Pero no veo razón alguna por la que haga preguntas tan impertinente preguntas, al fin y al cabo, sus familiares han tenido que mantenerlo en una cama de oro y respondiendo todas sus dudas respecto a nuestro mundo...

Ahora fue el turno de Harry de interrumpir al otro hombre. Su seca y fría risa siempre había causado escalofríos en aquellos que la escuchaban.

-¿Cama de oro? ¿Responder dudas?-Harry se secó una lágrima que bajaba por su mejilla.-Ese es el mejor chiste que he oído en mi vida, señor. Si me lo permite, podría usted aplicar para comediante.-Harry dejó de reír, todo rastro de sonrisa fuera de su cara.-Así que la razón por la que nadie ha aparecido para sacarme de la casa de esos mugrosos e inferiores parientes míos es por que pensaban que me tenían mimado y consentido, ¿eh?-una sonrisa irónica volvió a la cara del chico.-Pues déjeme mostrarle el lugar en el que estos parientes míos me han mantenido viviendo desde que llegué a su estúpida casa, ¿le parece, señor?

El hombre frunció el ceño y siguió a Harry, aunque en verdad solo dieron dos pasos antes de acabar delante de la puerta de la alacena de Harry. El chico se giró de cara al profesor y le señaló la alacena, que tenía un pequeño catre en el que Harry apenas cabía, y solo cabía ahí aún a esa edad por culpa de la desnutrición, con una vieja y medio fundida bombilla y la manta que le habían dejado cuando era un bebé y que ya no le cubría ni la mitad del cuerpo. Había una pequeña y sucia almohada, que también había estado en la cesta en la que lo habían dejado cuando era un bebé y que hacía años que había dejado de servirle, y no tenía nada más. Pues todo lo que había intentado guardar había sido destruido por sus queridos parientes antes o después.

-¿Qué...?-el profesor hizo una pausa, mirando horrorizado de la alacena a Harry, y de vuelta a la alacena.-¿Qué es esto?

-Esto, señor, es la prueba física de la clase de vida que me he visto obligado a tener desde que fui abandonado como un juguete viejo y roto en la puerta de mis amados parientes. Así que, ¿podría hacerme el favor de responder mis dudas ahora?

Harry vio la ira refulgir en los ónix del profesor y supo que él sería una gran ayuda para salir de ese lugar de una vez por todas.


2 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Gemelos

Gemelos

Gemelos

Suscríbete para recibir las notificaciones de las actualizaciones de mis historias

¡Gracias por suscribirte!

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

bottom of page