26.- MOLLY II WEASLEY
Una encapuchada se posicionó en el, ya habitual, sitio de la tarima dónde todos se ponían para presentarse. Después de que la lluvia de colores hiciera desaparecer la capucha, una despampanante pelirroja con unos rizos impresionantes y unos ojos marrones que te quitaban el aliento apareció. La chica procedió a empezar a presentarse.
-Hola a todos,-la chica sonrió tímidamente mientras un tierno sonrojo aparecía en sus mejillas y hacia que muchos en el GC susurraran un "aww, que mona." colectivo, haciendo que se pusiera aún más roja y provocando los celos de cierto pelinegro sentado con sus padres y hermana. -Como ya supondréis, soy una Weasley.-ante eso todos los Weasley, excepto Charlie, se pusieron alerta para saber quién sería el padre, o madre, de la chica.-Mi nombre es Molly II,-dijo, mirando con mucho cariño a su abuela, la cual empezó a llorar igual que su marido había hecho anteriormente al descubrir que el nombre del primogénito de Charlie era Arthur, Molly no sabía a cuál de sus hijos agradecer, así que permitió que su nieta siguiera hablando para poder saberlo.-y mis padres son Percy Weasley y Audrey Grant.-no pudo acabar puesto que Audrey Grant le había dado una bofetada a Percival Weasley que le hizo girar el rostro más que sorprendido.
-Ten claro que si te casas conmigo no tendrás las cosas fáciles, cabeza de chorlito.-dijo ella, mientras se sentaba al lado de Percy, el cual solo suspiró y asintió.-Y tampoco creas que te lo pondré más fácil porque vayamos a tener un hija, tendrás que trabajártelo.
-Me lo imaginaba.-dijo Percy, pues llevaba tiempo tratando de conquistar a Audrey; la cual, por cierto, era hija de muggles y trabaja en el ministerio junto a él; sin mucho éxito, aunque supuso que ahora sería, si más no, un poquito más fácil. Molly Weasley, lejos de enfadarse con la chica por pegar a su hijo, se acercó y los abrazó a los dos mientras les agradecía por ponerle su nombre a su hija. Percy no había pensado en hacer que Audrey conociera su familia, pues pensaba que eso la alejaría de él. Nada más lejos de la verdad, Percy se dio cuenta de que eso había sido un error, pues después de haber hablado con su familia, Audrey lo miraba con otros ojos, como si su familia la hubiese hecho enamorarse de él. Tendría que preguntárselo después, ya que su hija, la cual lo observaba todo muy entretenida, decidió interrumpir para seguir con su presentación.
-Supongo que puedo seguir, ¿no?-preguntó en dirección a sus padres y el resto de su familia, en cuanto estos asintieron ella continuó.-Como decía soy Molly II Weasley y tengo 20 años. En Hogwarts fui a Ravenclaw.-todos exclamaron sorprendidos, incluido Percy, aunque no por ello menos orgulloso.- ¿Qué? No hace falta tanto drama, que Rose esta en Slytherin.-y todos se relajaron un poquito al recordar a la Weasley de Slytherin, que era hija de Ron.-Bueno, como decía, fui prefecta y premio anual, y no jugué a Quidditch.-dijo, dejando a su padre un poco más tranquilo.-Ahora soy la ayudante del ayudante del ministro, que es mi padre, Percy Weasley.-el cual jadeó, gratamente sorprendido.
-¿Seré Ministro de Magia?-preguntó a su hija, la cual asintió, sonriendo orgullosa.-Merlín, es... Increíble.
Todos se apresuraron a felicitar a Percy, el cual las aceptó aún estando un poco shockeado, pero se recuperó rápido.
-Bien, seguiré sin más interrupciones, espero.-dijo Molly II, aunque no parecía enfadada para nada.-Mis padrinos son Hermione Granger y Bill Weasley.-los dos agradecieron a la pareja, aunque Hermione estaba un poco sorprendida, pero no dijo nada.-Y, no te alteres, papá, tengo novio.
-¡Qué!-Percy estaba furioso, no tenía palabras para describir lo que sentía.
-He dicho que no te enfades.-repitió Molly II, tranquila, mientras que cierto búlgaro se asustaba de sobremanera en su asiento.-Mi novio es Damyan Krum. En el futuro te cae genial.-dijo de lo más tranquila. Mientras que Percy asesinaba con la mirada a Damyan, entonces, Audrey le susurró algo al oído, haciendo que Percy palideciera, asintiera y se sentara como un niño bueno. Molly II sonrió, sabía que podía confiar en su madre.
Así que se fue a sentar junto a sus padres, y de paso, besó la mejilla de su novio. Dejando a más de uno cabreado.
AUDREY GRANT
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