ESPECIAL: MUCHA MALDAD EN EL AMBIENTE
En el futuro.
Había seis personas adultas, totalmente desarmadas, y rodeadas por un cúmulo de otras personas adultas muy cabreadas y armadas. Todos se encontraban en la Madriguera, y eran los padres, abuelos, tíos y padrinos de los chicos que se encontraban presentándose en Hogwarts 25 años atrás en el pasado.
-¡Fue idea de Dumbledore!-exclamaron las seis personas a la vez con las manos levantadas.
Estas seis personas eran el Trío Dorado; dígase Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger; y el Trío Plateado; dígase Draco Malfoy, Blaise Zabini y Pansy Parkinson.
-¡Eso no os quita la culpa por llevarla a cabo!-exclamó una furiosa Ginny Weasley apuntándolos con la varita.
-Teóricamente nosotros no la llevamos a cabo.-dijo Harry Potter, en un inútil intento por defender su vida.-Solo dejamos un gira-tiempo en un lugar y James lo cogió e hizo el resto.
-¡Un giga-tiempo encantado! -gritó Fleur Delacour, tan cabreada como los demás.
-¡Y lo dejasteis a propósito en un lugar al que James pudiera acceder sabiendo que lo rompería y viajarían al pasado!-la que gritaba ahora era Imma Macons.
-Solo pusimos las piezas, ellos lo hicieron solitos.-dijo Draco Malfoy altaneramente, pero se acobardó y escondió detrás de Harry inmediatamente.
-¡Los habéis enviado a un época de guerra!-el gritó de Lyra Pantri fue el más potente de todos.- ¡Podrían matarlos!
Ese comentario cabreó mucho a los seis.
-No somos unos padres tan irresponsables.-dijo Hermione Granger con el cejo fruncido como muestra de enojo.
-Nuestros hijos también están ahí ¿sabéis?-preguntó un más que cabreado Ron Weasley.
-¿En serio creéis que si fuera tan peligroso hubiéramos enviado a nuestros propios hijos?-preguntó una Pansy Parkinson muy escandalizada.
-Y no solo nuestros hijos, son nuestros sobrinos y ahijados, los amamos a todos más que a nada. No los hubiéramos enviado si no hubiésemos estado seguros de estarían a salvo.-dijo Blaise Zabini fulminando con la mirada a todos los presentes.
-Lo sabemos, pero los habéis enviado a la época de Voldemort, y no sabéis que les puede hacer...-empezó a decir Molly Weasley en tono tranquilizador, pero fue interrumpida por Harry.
-Voldemort no les hará daño.-dijo él, muy seguro de sí mismo.
-¿Cómo estás tan seguro?-preguntó esta vez Mary Nemel.
Harry la miró fijamente, y luego los miró a todos, como decidiendo si era o no buena idea contarles lo que sea que lo hiciera estar tan seguro de que Voldemort no mataría a sus hijos.
-Simplemente lo sé.-al final decidió no contárselo.
-Eso no nos vale, Harry.-dijo Neville, que estaba preocupado por sus hijos.
-A nosotros tampoco nos lo ha querido decir.-dijo Hermione, la cual miraba a Harry muy preocupada.
Automáticamente todos miraron a Draco, el cual negó con la cabeza, dejándolos a todos pasmados.
¿Desde cuándo Harry no le contaba algo a Draco? Supusieron que debía de ser muy fuerte si Harry creía que ni siquiera Draco merecía saberlo.
-No lo entenderíais.-dijo Harry. Draco abrió la boca para decir que él sí lo haría pero Harry no lo dejó.-No, Draco, tu tampoco. Si a mí me costó semanas entenderlo cuando me enteré, vosotros no lo entenderíais nunca.
Y con esas últimas palabras Harry Potter salió del círculo que todos habían formado a su alrededor al acorralarlos y se dirigió a la chimenea, a través de la cual abandonó la Madriguera y volvió a su hogar, dejando a todos estupefactos.
-¿Qué ha sido eso?-preguntó Charlie Weasley, tan atónito como los demás.
-La última vez que lo vi así fue cuando no quería contarme que soñaba con que era la serpiente de Voldemort y mataba gente en quinto.-dijo Draco, que se acariciaba el vientre plano, un acto reflejo que agarró después de tantos embarazos y que únicamente hacia cuando estaba embarazado.
La estupefacción creció aún más al darse cuenta todos del acto de Draco, por lo que cuándo éste quiso ocultarlo ya era demasiado tarde.
-¿Lo sabe Harry?-preguntó Theodore Nott, mirando a su amigo con cara de sorpresa.
-No.-dijo Draco, que se había sonrojado por la repentina atención.-Me he enterado esta mañana, por eso he llegado un poco tarde a la Madriguera, se lo diré a Harry cuando llegue a casa luego. Ahora necesita estar a solas. Sé que no me escuchará si voy ahora.
Todos se quedaron callados.
-¿Crees que te lo contará?-preguntó una mujer llamada Audrey Grant.
-Espero que lo haga cuando esté preparado, pero no estoy seguro.-dijo Draco, mirando la chimenea por la que se había ido Harry, con aire melancólico.-Creo que esto es mucho más grande que nada de lo que ocurrió durante la Guerra de Hogwarts o nuestros años escolares y sus enfrentamientos con Voldemort.
-Yo también lo creo.-dijo Ron, también mirando la chimenea.-Bueno, supongo que ahora solo podemos esperar a que vuelvan los chicos, en casa, ¿no creéis?
Todo el mundo, que ya habían bajado las varitas, asintió. Unos más desanimados que otros.
-Volverán.-dijo Hermione, muy segura.-Dumbledore nos los enviará de vuelta a todos sanos y salvos.
-Y, si todo sale bien, Sirius, Remus, Tonks, Fred y los otros que murieron durante la guerra también volverán.-añadió Pansy, tratando de animarlos, cosa que consiguió.
-Supongo que ya va siendo hora de volver a casa.-dijo Blaise.
Todos empezaron a despedirse, y, después de un buen rato, todo el mundo ya había llegado a sus hogares. Todos igual de preocupados por sus retoños, pero lo único que podían hacer ahora era seguir con su vida hasta que volvieran.
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