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What a Trip!

35.- UNA SORPRESA SORPRENDENTE


Al día siguiente, como que era día libre, todos hacían lo que querían. Dumbledore dio permiso para ir a Hogsmeade a los que quisieran ir, la gran mayoría de alumnos fueron, aunque algunos de los que habían conocido a sus hijos durante de las presentaciones y los invitados especiales se quedaron en Hogwarts paseando por los jardines o en sus habitaciones, hablando con sus hijos/sobrinos/nietos y conociéndolos más.

A la hora de comer todos habían vuelto a Hogwarts, pero, algo inesperado ocurrió mientras estaban comiendo. De repente se oyó un gran estruendo, y las barreras que protegían Hogwarts cayeron, alertando a Dumbledore y a los otros profesores y adultos. Antes de que los prefectos y los profesores pudieran empezar a poner a los alumnos a salvo las puertas del Gran Comedor se abrieron y por ellas entraron las últimas personas que cualquiera hubiese creído ver en Hogwarts, sobre todo los Slytherin.


Mortífagos.


Encabezados por nada más ni nada menos que Lord Voldemort, a su derecha se hallaba Bellatrix Lestrenge, que rió como la loca maniática que era.

Todos se asustaron de sobremanera al verlos, Dumbledore y los demás maestros ya tenían listas sus varitas para atacar cuando Albus Potter se puso enfrente de ellos y les sonrió, antes de hacerle una reverencia a Voldemort, dejando a muchos trastocados. Su hermana mayor, Cassiopeia, fue la primera en reaccionar.

-¿Al?-preguntó, temblorosa.- ¿Qué significa esto?

-Significa que ya va siendo de hora de que se sepa la verdad.-dijo, mirando directamente a los ojos a Voldemort.

-¿La verdad?-preguntó Dumbledore, el cual por primera vez en su vida lucía confundido.- ¿A qué verdad te refieres, mi muchacho?

-¿Lo cuento yo o lo cuentas tú...-Albus miró a Voldemort esperando una respuesta, pero el Lord oscuro solo apartó su mirada de la verde del chico, cosa que sorprendió a muchos, aún más de lo que ya lo estaban.-..., abuelo?

-¿Qu-Qué has di-dicho?-preguntó Harry, el cual temblaba de pies a cabeza, entre sorprendido y confundido. Esa desde luego no era la reacción que Voldemort se esperaba, creía que Harry estaría horrorizado nada más enterarse, aunque, pensándolo mejor, quizá no había comprendido de qué hablaba el chico, que, según la carta que le había enviado, era su nieto.

-Lo qué has oído.-Albus hizo una pausa ante las miradas incrédulas de los que se hallaban en el Gran Comedor.-Además,-añadió tras la larga pausa que ya había empezado a impacientar a muchos.-estamos aquí para salvar vidas, ¿no? Pues entre ellos también hay gente que morirá, el mismo Lord Voldemort, o Bellatrix, por ejemplo.-dijo Albus, mirando a nadie en particular.

-No hemos venido aquí para salvar esas vidas.-contestó Teddy, el cual parecía estar a punto de un ataque de ansiedad por el color grisáceo de su pelo.

-Al, amor, vuelve aquí y restablece las protecciones de Hogwarts.-dijo su mellizo y novio, Scorpius, extendiéndole una mano. Albus lo miró, algo en sus ojos verdes como el Avada Kedavra, se ablandaron, como lo hacían cada vez que miraban al rubio, pero lejos de aceptar la mano que su novio le ofrecía, le sonrió con cariño y se volvió a girar hacia Voldemort.

-¿Vas a quedarte callado?-preguntó, insolente, los Malfoy se asustaron, pues sabían cómo castigaba Voldemort la insolencia, ellos mismos habían sufrido ese castigo en repetidas ocasiones, Draco intentó ir a interponerse entre su hijo y el hechizo cruciatus que, estaba seguro, Voldemort le lanzaría, pero sus padres se lo impidieron, pues no podía perder a Narcissa II, además, en ese mismo momento, una luz parecida a la que se produjo cuando llegaron los chicos apareció encima del estrado que habían utilizado para presentarse, y de ahí, salieron unas personas que todos reconocieron. Eran los padres de los chicos del futuro, aunque faltaba Harry Potter, estaban presididos por Draco Malfoy.

-No te atrevas a ponerle una mano encima a mi hijo, maldito bastardo.-dijo el rubio del futuro, apuntando con su varita a Voldemort, el cual sonrío, solo Albus pudo ver que era una sonrisa de añoranza, como si Draco le recordara a alguien a quien había perdido. Y Albus sabía exactamente a quién le recordaba.

Todos los recién llegados del futuro habían desenfundado sus varitas y se habían puesto delante de Albus, protegiéndolo, aunque Albus sabía que ni Voldemort ni sus mortífagos le harían daño. Pero no dijo nada, porque si ellos estaban aquí, solo era cuestión de tiempo que Harry también viniera, y, entonces, las cosas por fin se aclararían.

Y no se equivocó, poco después de que Draco estuviera a punto de empezar un duelo con Lord Voldemort, Harry Potter apareció de la nada, sin luz ni nada que anunciara su llegada y gritó:

-¡Ya basta!-todos se sorprendieron al verlo, no había sacado su varita, y, en vez de mirar a Voldemort, miraba a Draco con reproche, como si hubiese hecho algo malo.

-¡Dijiste que nuestgos hijos estagían a salvo de Voldemogt!-exclamó Fleur, exaltada. Harry dirigió su mirada a Fleur ahora.

-No.-dijo, firme, serio. El Harry del pasado no fue capaz de reconocerse en su yo del futuro.-Dije que no les haría daño. Y, que yo sepa, no se lo ha hecho, ¿o sí?-ahora su mirada se dirigió a Voldemort por primera vez desde que llegó.- ¿Les has hecho daño?

-No.-contestó Voldemort, firme, mirando a Harry como si lo estuviese analizando, analizando el hombre en el que se había convertido.-No los he tocado, a ninguno.

-Os lo dije.-dijo Harry, mirando otra vez a la horda de padres del futuro.-Bajad la varitas, por favor. No hay peligro.

-¡¿Qué no hay peligro?!-exclamó un trastornado Ron, tan sorprendido como los demás en la sala.- ¡Voldemort está aquí, y tú dices que no hay peligro! ¡¿Qué mosca te ha picado, Harry?!

-Él no nos hará daño, ni sus mortífagos tampoco.-dijo Harry, tranquilo.-Y en cuanto a ti,-señaló a Albus, el cual lo miró enarcando una ceja, como desafiándolo a que le dijera algo.-hablaremos en privado.

-Harry, amor, entiendo que el tiempo que pasaste a solas con Voldemort durante la guerra te trastocara un poco pero...-empezó Draco.

-No me trastocó, Draco.-dijo Harry, ya empezando a cabrearse.-Fue algo que debía haber hecho desde que era un crío.

-¿A qué te refieres?-esa fue la primera vez que el Harry del pasado se atrevió a hablarle al del futuro.

-Me refiero a que si Charlus y Dorea Potter no hubiesen sido unos estúpidos infelices que solo pensaban en sí mismos y en su imagen, nada de esto estaría pasando.-dijo, se veía alterado.-Yo tendría unos padres vivos, y una madrina también viva, y Sirius estaría vivo y nunca habría pisado Azkaban, y Voldemort no existiría, y quizá tendría más hermanos, y mis hijos tendrían abuelos y Teddy unos padres vivos...-no pudo seguir, pues se había alterado demasiado.

-Sigo sin entenderte.-dijo el Harry del pasado, aunque estaba empezando a atar cabos, al fin y al cabo, no había estado a punto de entrar en Slytherin por nada.

-Lo que quiero decir es...-hizo una pausa, y miró al Lord oscuro cuando dijo lo siguiente.-...que Voldemort es mi padre.

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