What a Trip!

36.- ¿POR QUÉ A MI ?

Todos en el Gran Comedor estaban que no cabían de la impresión. ¿Habían oído bien? ¿El Harry Potter del futuro afirmaba que Lord Voldemort era su padre?

-Harry, cariño...-empezó a decir Draco, acercándose a él lentamente, como si tuviera miedo de lo que pudiera hacer.

-No me trates como a un loco, Draco, porque no lo estoy.-dijo Harry, mirándolo.

-No te estoy tratando como a un loco, es solo que... Lo que acabas de decir...-Draco trago duro.- ¿Te das cuenta de lo que acabas de decir? ¿De lo qué significa?

-¡Pues claro que me doy cuenta, Draco!-le gritó Harry. Después estalló en una carcajada que era idéntica a la de Voldemort, y eso hizo que todos dudaran de si lo que el Niño-que-vivió había dicho era cierto o falso.- ¡Por Merlín, Draco, yo mejor que nadie sé lo que implica lo que acabo de decir! Toda mi vida fue una mentira. No sabía hablar parsel porque fuera un horrocrux de Voldemort, hubiese sabido hablar parsel aunque no hubiese sido su horrocrux, porque iba en mis genes, soy su hijo, siempre lo he sido, y eso no lo van a cambiar un par de mentiras contadas por Charlus y Dorea Potter.

-¡Pero qué estás diciendo!-gritó Sirius.- ¡Tú no puedes ser hijo suyo! Eres la viva imagen de James, y los ojos, los ojos son de...

-¿Lily?-preguntó Harry con una sonrisa psicótica tan idéntica a la Voldemort que Sirius se preguntó seriamente por la cordura de su ahijado.- ¿No es curioso que lo único que haya heredado de mi supuesta madre sea el color de sus ojos? Color que, por cierto, no es ni del mismo tono que el de ella. Además, los ojos de Voldemort, antes de que se convirtiera en lo que tenemos aquí delante, eran verdes como un Avada Kedavra, lo cual es curioso, ya que ese es el tono de verde de mis ojos también, por no decir que los dos somos serpentians, y, además, que compartimos ciertos rasgos de nuestras personalidades y algunos físicos también. ¿No es demasiada coincidencia?

Todos se quedaron pensativos. Dumbledore fue el primero en hablar.

-Entonces, ¿porqué intentar matarlo, muchacho?-su pregunta iba dirigida hacia Voldemort, el cual sonrió con ironía.

-Porque no se puede evitar una profecía.-dijo el Lord Oscuro, su siseante voz haciendo eco por todo el GC.-La profecía decía que uno de los dos debía morir a manos del otro, y yo no iba a ser el que matara a mi propio hijo, al fruto del amor que había compartido con la única persona a la que alguna vez he amado. Sabía que el sacrificio de James impediría que el Avada le hiciera daño a Harry. No me imaginé que rebotaría, pero eso lo hizo más fácil, ya que todos empezaron a considerarlo un héroe. Solo tenía que ir fortaleciéndolo, preparándolo para que, cuando llegara la hora de matarme, pudiera hacerlo sin problemas, ya que no pienso oponer resistencia. Le quité a James su futuro y la oportunidad de ver crecer a nuestro hijo, no iba a hacerle lo mismo a Harry, no si podía evitarlo. Era, y sigue siendo, lo único que me queda de James.

Una lágrima solitaria se deslizó por la mejilla de Voldemort, todos estaban conmovidos por las palabras de quién creyeron que no tenía corazón. El Harry Potter del pasado se acercó a su, recién descubierto, padre para abrazarlo con fuerza.

-Hallaremos la manera de evitar esa profecía, te lo prometo.-le dijo, llorando en su hombro mientras sentía sus fríos brazos rodearlo.-Lo haremos juntos, no me dejes solo de nuevo, papá.

Tom sonrió, había deseado tanto que Harry lo llamara así, aunque sabía que era imposible. Sin embargo, aquí estaba, aceptándolo a pesar de todo lo que había hecho, abrazándolo y llamándolo papá aún sabiendo todo el mal que había causado. Perdonando cada error que había cometido, igual que había hecho James. Su amado James. Seguramente estará orgulloso de que por fin haya dejado que Harry supiera la verdad.

-Lo siento tanto.-susurró Tom, mientras que más lágrimas salían de sus ojos.-Perdóname, hijo, perdóname. Te quiero tanto, nunca pienses lo contrario, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Después de tu padre, claro.

Todos rieron ante esa afirmación. Bellatrix Lestrenge se limpiaba las lágrimas conmovida por el reencuentro de padre e hijo, ante la más que sorprendida mirada de la gran mayoría de personas del GC.

-Que conste que yo siempre dije que debía escuchar a James antes de hacer alguna imprudencia de la que su pudiera arrepentir. Pero, como siempre, no me hizo caso. Y luego, cuando le dije que se quedara con Harry y lo criara, tampoco me hizo caso, y mira donde hemos llegado. Algún día apreciaras mis, más que acertados, consejos, Mi Lord.-dijo Bella dramáticamente, haciendo reír a muchos.

-Algún día tendré que empezar a hacerte caso.-le dio la razón Tom.

-Los dos sabemos que eso nunca lo harás.-comentó Bella por lo bajo, luego suspiró resignada y apoyó su cabeza en el hombro de su marido.- ¿Porque a mí, Rodolphus?

-No lo sé, cariño.-le contestó él, abrazándola y sonriendo con diversión por las locas ocurrencias de su mujer.