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  • Foto del escritorbabochki_lyubov

Secretos

CAPÍTULO 5


-Vale...-dijo Spencer, acercándose al cuerpo inconsciente de Hotch y dándole un toquecito con la punta de su pie.-Eso no me lo esperaba.

En sus brazos, Aaron Junior rio con ganas. Spencer le miró y le sonrió, luego le hizo cosquillas.

-Mama! (¡Mamá!)-exclamó el niño entre risas.

Spencer sonrió aún más. Volvió a mirar el cuerpo de Hotchner, que seguía inconsciente y luego se acercó a la puerta del despacho y la abrió.

-¡Qué alguien me traiga alcohol!-gritó. Por lo que muchos lo miraron extrañados, pero Peggy empezó a reír a más no poder.

-¡No me digas que se ha desmayado!-logró exclamar entre risas.

Spencer solo sonrió inocentemente y se encogió de hombros. Lo que provocó que Peggy se riese aún más fuerte.

-No, en serio, necesito alcohol.-dijo Spencer, ahora un poco más serio.-Solo le he dado una noticia, aún me falta contarle toda la historia.

Peggy se rio aún más fuerte e hizo un gesto con la mano a uno de los  agentes a su cargo para que le llevase algo de alcohol a Spencer. Los miembros de la UAC estaban demasiado confundidos con esa interacción.

¿Qué narices estaba pasando?

En cuanto Spencer recibió el alcohol dio las gracias y volvió a cerrar la puerta del despacho de Hotch. Dejó a su hijo en el suelo y luego se agachó a la altura de la cabeza de Hotch. Abrió el pote y lo puso debajo de la nariz del alfa, logrando que frunciera el ceño antes de despertarse.

Hotch miró a Spencer extrañado, luego vio al niño a su lado y recordó lo que Reid le había dicho. Estuvo a punto de volver a desmayarse, pero Spencer le dio una bofetada.

-Ni se te ocurra volver a desmayarte.-le dijo, muy serio.-Te tengo que contar muchas cosas.

Hotch asintió, no muy seguro de cómo reaccionar. Luego los dos adultos se sentaron en el sofá del despacho de Hotch, que estaba sospechosamente limpio de sangre, al igual que Spencer, pero tampoco es como si el alfa le prestase la más mínima atención a eso. El alfa no podía dejar de mirar a Aaron Junior, su hijo. Suyo y de Spencer. Tenía un hijo con Spencer. Jack tenía un hermano. 

Hotch se levantó exaltado. ¡Por la virgen santa, tenía un hijo con Spencer!

-Hotch-...-empezó Spencer, pero fue interrumpido por el alfa agarrándolo por los hombros.

-¡Tenemos un hijo!-exclamó, Reid vio lágrimas agruparse en los ojos de su jefe, vio el miedo y la felicidad en su mirada y no pudo evitar ponerse a llorar.

-Sí, alfa, tenemos un hijo.-dijo como pudo el omega, entre sollozos. 

Hotch volvió a sentarse en sofá y abrazó a Spencer, dejando que llorase contra su pecho de nuevo.

-Shhh, no pasa nada, omega, estoy aquí.-susurraba Hotch, sintiendo las lágrimas empezar a descender lentamente por sus mejillas también.-Debiste decírmelo, Spence. Tenía derecho a saber que tenía otro hijo.

Spencer sollozó más fuerte y se aferró aún más a la camisa de su alfa. 

-Lo siento, lo siento mucho.-murmuró contra su cuello.-Pero al principio estaba enfadado contigo porque creía que me engañabas, luego descubrimos lo de Prentiss y estaba aún más enfadado, y para cuando se me pasó y quise decírtelo tú empezaste a salir con Beth y no quise estropeártelo y...

-Alto.-le paró Hotch, alejándolo de él.-¿Me estás diciendo que la razón por la que no supe que tenía un hijo antes es porque empecé a verme con una beta?-Spencer se sonrojó, viendo lo ridículo que sonaba en boca del alfa.-Spencer, la única razón por la que me veía con Beth era para tratar de olvidarte. ¡Por Dios, Spence, yo lo dejaría absolutamente todo por ti! No me parece justo que me ocultases que tenía un hijo tanto tiempo, y menos que la razón última de hacerlo fuese una beta, con la que al final ni siquiera fui en serio porque seguía estando demasiado enamorado de ti.

Las mejillas de Reid estaban tan rojas como un par de tomates.

-Sigues...-Spencer se aclaró la garganta.-¿Sigues enamorado de mi?

Hotch le miró seriamente, se acercó al omega y lo cogió suavemente por la barbilla.

-Nunca podría dejar de amarte, Spencer, nunca.-susurró, sus labios casi rozándose.-Eres mi omega, siempre lo has sido, no hay nada en este mundo que pueda hacer que deje de amarte.

Spencer sintió que su respiración se aceleraba y sus mejillas se calentaban aún más, Hotch estaba cada vez más cerca, podía sentir su respiración sobre sus labios. Esos labios que hacía más de dos años que no besaba, esos labios que había echado tanto de menos, sobre su boca, en su cuello, en sus muslos... Spencer tragó saliva con dificultad y cerró los ojos, dándole total permiso a Hotch de besarlo. El alfa, ni lento ni perezoso, cortó la distancia que los separaba y besó los labios de su omega, sintiendo esa dulce boca moverse en sincronía con la suya. Había echado tanto de menos a Spencer, sus besos, sus abrazos, sus parloteos sin fin, sus gemidos... Hotch empezó a sentir que sus pantalones le estaban apretando cierta parte de su anatomía y tuvo que alejarse del omega al recordar que ese no era el momento ni el lugar para algo así. Spencer se lo puso difícil, gimoteando necesitado en cuanto se separó de él.

-No estamos solos, Spence.-susurró Hotch, por lo que el omega abrió los ojos y miró en dirección a su hijo de casi dos años, que estaba entretenido jugando con unos papeles que se habían caído de la mesa del alfa.

El omega rió, al parecer su pequeño bebé había sacado el afán de trabajo de su alfa. Hotch sonrió con felicidad, podía recuperar a su Spencer. Y también tendría un hijo más del que cuidar. Pero la felicidad no duró mucho, pues Spencer sintió algo en su interior removerse. Sintió un pánico atroz y supo de inmediato que no era suyo, era de su cachorro, de Viktor.

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