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Su verdadera manada

  • Foto del escritor: babochki_lyubov
    babochki_lyubov
  • 2 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

CAPÍTULO 3


Derek Hale había decido llevar a los chicos al instituto, no por nada más que la preocupación que sentía por la falta de Stiles el día anterior. Scott había estado toda la tarde esperando una llamada del sheriff. Una llamada que nunca llegó, dejando a toda la manada mucho más preocupada.

-Derek, mira.-la voz de Isaac sacó al alfa de su ensimismamiento. 

Miró hacia donde señalaba el joven beta, encontrándose con varios coches y cuatro motocicletas que nunca antes había visto en el pueblo. El lobo mayor aparcó su Cámaro al lado de la moto de Scott, donde estaba reunida el resto de la manada, y los cuatro lobos se bajaron del coche y se acercaron al resto de su manada.

-¿Qué está pasando?-preguntó Erika con intriga.-¿Quiénes son esos?

Todos se giraron a mirar al grupo enorme de gente, de edades muy variadas, que se encontraban recostados en los 5 coches que estaban aparcados unos al lado de los otros. Llamaban la atención de todos los alumnos del instituto, parecían estar pasándola muy bien, riéndose y charlando.

-He oído que alguien había comprado los terrenos de los Owens.-dijo Lydia, mirando al grupo con los ojos entrecerrados.-Supongo que habrán sido ellos.

Derek miró alrededor, Scott se dio cuenta de lo que buscaba, por lo que le dijo:

-No está.-Hale lo miró, levantando ligeramante las cejas en una pregunta silenciosa.-No, el sheriff no me ha dicho nada.-suspiró.-Quizá llega tarde.

Todos asintieron, pensativos. 

-¡Moved el culo fuera de mi Harley!-toda la manada se giró como resortes al reconocer la voz de la persona que había gritado.

Ahí estaba. 

Stiles. 

Todos se quedaron con la boca abierta al ver al chico hiperactivo. 

Llevaba unos tejanos negros, rotos, y una camiseta, también negra, con el logo de AC/DC en grande en la parte frontal. Tenía una cadena fina de plata colgando del cuello, con un ojo sobrepuesto a una flecha como dije. Tenía unas gafas de sol colocadas encima de su cabeza y llevaba puestos unos botines negros, que tenían varias cadenas colgando por los lados.  Su manera de caminar era mucho más segura y confiada de lo que nunca le habían visto. 

Stiles llevaba un fajo gigante de papeles en las manos, que empezó a repartir entre algunas de las personas del grupo. 

-¿Ese es Stiles?-Erika puso en palabras lo que todos pensaban.-¿Qué le ha pasado?

-Más importante,-añadió Isaac.-¿quién es toda esa gente y de qué conocen a Stiles?

-Escuchemoslo.-todos siguieron el ejemplo de Derek y usaron su superoído para oír su conversación. 

Los que podían, claro.

-... conmigo.-estaba diciendo Stiles, mirando un papel con dos chicos de pelo azabache, un chico y una chica.-Vale, entonces saldremos juntos y luego esperaremos al resto aquí, siempre. Nos reuniremos aquí a las 14h. Si vais a llegar tarde avisad, si no avisáis entenderemos que os ha pasado algo.

Todo el grupo asintió, incluyendo a las personas que no tenían papeles.

-Entonces,- habló una chica rubia y algo alta. Su tono no le gustó nada a Derek.-¿es como en Clovis?

Stiles sonrió y asintió.

-Exacto, cariño. Todo es como en Clovis.-luego le guiñó el ojo. Derek gruñó, asustando un poco al resto de la manada. 

El lobo mayor suspiró y siguió mirando en su dirección, dando a entender que siguieran escuchando.

-Vosotros...-Stiles miró a las mujeres mayores del grupo, y a un chico lleno de tatuajes.-Tú,-señaló al chico.-no incendies nada;-el chico rió.-y vosotras conseguid un trabajo, o lo que queráis.

Todos asintieron, incluso los adultos, como si Stiles fuese la máxima autoridad ahí. 

La manada frunció el ceño confundida. ¿Qué estaba pasando? Pero antes de que nadie pudiese formular esa duda en voz alta, sonó el timbre que daba inicio a las clases.

-Bueno, es hora de la tortura.-comentó Stiles, para acto seguido pasar su brazo por encima de los hombros de otra chica que estaba cerca de él, ella a su vez pasó el brazo por la cintura de Stiles.-Vamos, nena.

 Esa chica era idéntica a Stilinski, el pelo castaño, las pecas, los ojos marrones, la misma altura...

-¡Esa es Sarah!-exclamó Scott de repente.

-¿Quién?-preguntó el resto de la manada, a la vez.

-Es la melliza de Stiles.-Scott los miraba con la boca abierta.-El Sheriff la mandó a un internado hará unos 4 años. Stiles me contó que lo había hecho porque no soportaba verla, ya que se parece demasiado a Claudia, la madre de Stiles.-toda la manada estaba más que sorprendida por la nueva información recibida.-Está muy diferente.

Sarah llevaba unos tejanos muy rotos y un top de tirantes que dejaba muy poco a la imaginación. Su ondulado pelo estaba suelto, pero parecía mucho más salvaje de lo que Scott lo recordaba, además, llevaba unas botas negras con un tacón bastante alto, mucho más de lo que el joven lobo nunca habría imaginado que su antigua amiga llevaría. 

-¿Qué está pasando?-susurró el hispano, siendo el más confundido de todos.

-Ya lo averiguaremos, ahora todos a clase.-dijo Derek, al ver como las mujeres adultas y el chico que quedaban se montaban en 4 de los cinco coches y se iban, dejando uno de los coches y las 4 motos. 

Los más jóvenes asintieron y entraron corriendo al instituto. Derek miró una última vez las motos y el coche restante, frunció el ceño y se subió al Cámaro para irse. 

No sabía qué le pasaba, no debería importarle lo que ese humano hacia o dejaba de hacer. Solo era el mejor amigo del otro alfa de la manada de Beacon Hills. 

Solo eso.

Dio un golpe al volante del Cámaro con fuerza cuando aparcó delante del loft. 

No lo entendía. 

Estaba enfadado. 

No, estaba cabreado, iracundo. Estaba fuera de si. Podía sentir sus garras crecer y su cara transformarse. Intentó respirar.

Alfa.

Beta.

Omega.

Nada.

Otra vez.

Alfa.

Beta.

Omega...

¡A la mierda!

Derek salió del Cámaro y corrió por el bosque. Corrió y corrió, sin importarle la distancia, el tiempo o el cansancio. Corrió hasta que llegó a los limites de una propiedad casi a las afueras del pueblo. Paró en seco y miró alrededor, ya estaba mucho más calmado, y por la posición del sol, el alfa juraría que ya era medio día. Miró la propiedad.

"He oído que alguien había comprado los terrenos de los Owens. Supongo que habrán sido ellos."

Las palabras de Lydia volvieron a la mente de Derek en un flash.

Derek decidió inspeccionar la propiedad, para ver dónde vivían los nuevos "amigos"  de Stiles. Empezó a caminar y a caminar, pero todo era bosque. 

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de irse, olió algo, parecía... ¿cloro de piscina? 

El lobo siguió el rastro hasta una enorme y magnífica mansión con una piscina.

-¿Qué narices-...?

-¿Quién coño eres tú?

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