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Su verdadera manada

CAPÍTULO 6


Scott estaba reventado.

Dos semanas.

Dos malditas semanas siendo el esclavo personal de Stiles y Sarah Stilinski.

Estaba muerto.

Pero había valido la pena. Porque ahora estaba sentado en uno de los sofás de uno de los salones de la enorme mansión. Era el salón pequeño, que estaba al lado de la cocina. Cocina enorme, también cabe decir. Tenía a los mellizos Stilinski sentados delante de él, dispuestos a responder todas sus preguntas.

Scott estaba intrigado por la actitud de Derek a lo largo de esas dos semanas, y la manera en que se tensaba de sobremanera cada vez que alguien mencionaba a Stiles. Peter también reaccionaba de forma rara, pues sonreía de forma burlona y le palmeaba la espalda con falsa compasión.

Quería preguntar sobre eso, pero sabía que Stiles y Sarah no tendrían ni idea. Es decir, que él supiera, y lo sabía porque había estado las últimas dos semanas prácticamente viviendo en esa mansión, ni Stiles ni Sarah habían hablado con Derek des de que Sarah y los otros habían llegado a Beacon Hills. 

-Bien, Scotty,-dijo Sarah, sentada, como ya era costumbre, en el regazo de Stiles. Los mellizos siempre habían sido muy unidos, y Scott sabía lo mucho que a Sarah le gustaba sentarse en el regazo de la gente, preferiblemente en el de Stiles o, antes de que el sheriff la enviara lejos, en el de Scott.-¿qué quieres saber?

Scott lo pensó. Decidió dejar de lado el tema Derek Hale.

-Mike te llamó alfa el día en que me disculpé,-empezó Scott mirando a Stiles.-¿en qué momento dejaste de ser un druida y te convertiste, no solo en un hombre lobo, sino en un alfa?

Stiles y Sarah suspiraron.

-No me mates por esto, ¿vale?-dijo Stiles, mirando a Scott con miedo. A Scott no le gustó nada que Stiles empezara así. Pero no le interrumpió.-¿Recuerdas ese campamento al que mi madre, Sarah y yo fuimos el verano antes de que mi madre muriera?-Scott asintió.-Bien, pues unos hombres lobo atacaron el campamento y mataron a muchos druidas. Mordieron a muchos otros,-Stiles miró a Sarah y suspiró.-entre ellos Sarah, mi madre y yo.

A Scott se le cortó la respiración.

-¿Desde ese verano?-preguntó, incrédulo.-¿Por qué nunca me lo dijiste?-miró a Sarah.-¿Tú también?

Los dos apartaron la mirada con vergüenza.

-Quisimos contártelo.-murmuró Sarah. Scott sabía que si no fuese un hombre lobo no la habría oído.-Pero ni Deaton ni nuestro padre nos dejó. Incluso mamá, antes de que la mordedura le hiciera perder la cabeza, nos dijo que no te lo contásemos. Que estarías más seguro sin saber nada sobre esto.

Scott quiso gritar, quiso echarles en cara todos los años de mentiras, pero no pudo. No pudo, no al ver como Sarah lloraba. 

Sarabjit "Sarah" Stilinski llorando. 

Eso era algo casi imposible de ver. Que ella llorara era tan raro como encontrar un trébol de 4 hojas. 

Scott suspiró. 

-Bien, supongo que después de los dos meses que le he hecho pasar a Stiles no puedo echaros en cara que vosotros hayáis echo lo mismo conmigo.-dijo Scott. Sarah y Stiles le miraron como si no pudiesen creer que Scott los perdonase.-No sé si quiero saber cómo os convertisteis en alfas.

Stiles tragó saliva.

-Fue sangriento.-y con eso Stiles dio el tema por zanjado. Scott asintió.

-¿Y la historia de las 27 personas con las que vivís?-preguntó Scott.

Stiles y Sarah sonrieron, algo más animados. Scott se levantó y se sentó al lado de los mellizos, luego levantó una mano y limpió con delicadeza las lágrimas de Sarah, que le sonrió con timidez. Hacia años que no se veían, años que no se trataban así.

-Te he echado de menos, pequeña diablo.-murmuró Scott, provocando una sonrisa en Sarah.

-Yo también, Scotty.-contestó ella, inclinándose hacia su toque cerrando los ojos. Scott miró a Stiles y este le sonrió.

-Esto va a tomarnos un buen rato.-dijo Stiles.

-Eso creía.-contestó Scott.

En ese momento una mujer, una de las mayores, entró en el salón y dejó una bandeja con comida y bebidas encima de la mesa. Era una mujer alta y pelirroja, sus ojos eran casi rojos. Scott había descubierto que era la más ordenada de todos, y también que era la más estricta. Ella no sonreía casi nunca abiertamente, pero Scott vio la sonrisa en sus ojos y eso bastó para calmarlo. Ella se sentía como una madre para todo el mundo. Scott supuso que era porque era la mayor de todos ellos.

Se llamaba Mayu Kagome y era una kitsune, a pesar de aparentar 30 años, tenía 600. Eso le daba un aire de sabiduría y madurez que te hacia sentir a salvo a su alrededor. Algo que Scott solo había sentido con su madre, y con la madre de Stiles y Sarah.

En cuanto Mayu se fue, Scott supo que iba a ser una tarde muuy larga.


A la mañana siguiente, cuando la manada Hale-McCall llegó al instituto inmediatamente fueron a interrogar a Scott. Sin embargo, ninguno de ellos logró sacarle nada al alfa.

-Hoy nos sentaremos con ellos en el almuerzo, si no os importa.-dijo Scott en las taquillas, con todos ellos detrás de su espalda.-Entonces podréis preguntarles a ellos todo lo que querráis saber. Yo no voy a traicionar su confianza.

Y eso fue todo lo que lograron sacarle. 

Toda la manada Hale-McCall tubo que aguantarse las preguntas que tenían hasta la hora del almuerzo.

Al igual que habían echo las dos últimas semanas, Stiles y los nuevos se apoderaron de una de las mesas más alejadas del patio exterior. Con la diferencia de que dejaron un hueco, un hueco para la manada Hale-McCall. 

Era la primera vez que les permitían acercarse.

-Hola.-dijo Scott al acercarse, lo primero que hizo fue darle un beso en la mejilla a Sarah Stilinski. Eso los sorprendió de sobremanera.

-Scott...-dijo Allison.-¿qué...?

Scott la miró y sonrió, encogiéndose de hombros. Acto seguido se sentó al lado de los mellizos Stilinski. 

-Sentaos.-Scott les hizo una señal. Se miraron entre ellos con duda antes de apretujarse los unos contra los otros en el pequeño espacio que tenían para sentarse.

Los otros se rieron con ganas, eso hizo que casi todos los miembros de la manada Hale-McCall se sonrojaran.

-Bien, veo que no sois muy partidarios de economizar espacio, así que ya lo haremos nosotros por vosotros.-dijo Sarah Stilinski, con una gran sonrisa, antes de levantarse y sentarse en el regazo de Scott. 

Stiles rió con ganas y se levantó. Fue a sentarse en el regazo de un chico que estaba sentado en el suelo. El chico tenía el pelo de un color negro azabache, al igual que una chica muy parecida a él que estaba sentada a su lado, la cual mató con la mirada al chico en cuanto Stiles se sentó en su regazo, los ojos de ambos eran tan negros como su pelo. Tenían unas facciones algo delicadas, pero duras al mismo tiempo. El chico sonrió de forma burlona en dirección de la chica y Stiles inmediatamente les dio una colleja a ambos.

-Ya está bien los dos.-dijo con tono autoritario. Este era un Stiles que no conocían, un Stiles totalmente desconocido para ellos y no sabían como actuar.-Drake, si sigues así tendré que irme con Jake,-el chico, Drake, le miró con pánico y luego enroscó los brazos alrededor de la cintura de Stiles.-y Maggie, si haces algo, sabré que eres tú, y no hablaré contigo durante un día entero.-Ahora la que tenía una expresión de pánico era la chica, Maggie, que agarró una mano de Stiles con desesperación mientras negaba frenéticamente con la cabeza.-Bien.

Los dos chicos se calmaron. Por su gran parecido, todos dedujeron que eran gemelos. 

Sarah miró a la manada de Scott.

-Bien, tenéis preguntas, supongo.-dijo ella, lucía más divertida con esto de lo que debería.-Igual que vuestro otro alfa y los otros miembros de vuestra manada, ¿cierto?

La manada estaba rígida, pero poco a poco asintieron.

-Avisad a Derek.-dijo Stiles, todavía sentado en el regazo de ese Drake y con esa Maggie agarrada a él.-Iremos al loft esta tarde, contestaremos todo lo que nos parezca apropiado. Sin embargo, no todos están dispuestos a confiar en vosotros, así que será solo lo estrictamente necesario. 

Todos asintieron. Tragaron saliva con dificultad al sentir la mirada de 20 personas sobre ellos. Comieron el almuerzo en silencio y, de la misma forma, volvieron a clases. Todos esperando con ganas las explicaciones que recibirían esa tarde en el loft de Derek. 

Bueno, todos menos Scott, que ya sabía toda la historia.

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