Su verdadera manada

CAPÍTULO 7

Dicho y hecho.

Esa tarde 29 personas, a parte de la manada Hale-McCall, llegaron al loft de Derek en 3 motos y 5 coches. Los mismos autos que usaban todos los días para ir al Instituto y a los que todos se habían acostumbrado ya, después de 2 semanas de verlos deambular por el pueblo.

Derek estaba ido, pero eso no era novedad. Había estado ido desde el primer día en que vieron a los nuevos en el Instituto. Ese día había pasado algo y Derek no se lo quería contar. Aunque, bueno, tampoco es que nadie le hubiese preguntado mucho al respecto. 

La verdad es que todos tenían demasiadas cosas en la cabeza.

En ese momento la puerta de loft se abrió y por ella entraron los mellizos Stilinski, seguidos de los otros 27 que los acompañaban. Derek quiso gruñir al ver al tal Nate entrar. El chico se dio cuenta y le sonrió con altaneria.

Derek de verdad quiso desgarrarle la garganta con sus dientes.

Stiles frunció el ceño al ver los ojos de Derek volverse rojos, así que miró atrás y vio como Nate intentaba disimular, sin éxito alguno. 

Suspiró. 

Claro, por supuesto que Nate Morrison tenía que liarla. Siempre. En cualquier lugar.

-¿Qué narices has hecho ahora Nate?-casi gruñó Stiles en la dirección del de pelo negro.

-¿Yo?-Nate parecía realmente ofendido por la insinuación de Stiles. Stiles le habría creído si no lo conociese tan bien.-Bien, vale, puede, hipotéticamente hablando,-Nate sudó frío al ver el ceño de Stiles fruncirse. Esto se iba a poner feo para él.-que le dijese al lobito Hale que se alejase de ti porque no lo querías cerca.-dijo todo eso del tirón y con su voz sonando una octava más aguda de lo normal. Todos los demás, menos Stiles y Nate, se rieron del nerviosismo del hombre lobo.-Pero, ¡eh!, él se coló en nuestra propiedad primero.

Nate levantó las manos con las palmas hacia fuera en señal de paz. Pero Stiles ya estaba meditando su castigo.

-Serás el conejillo de indias de Sam lo que queda de mes.-declaró Stiles. 

El ojimiel levantó una ceja cuando Nate abrió la boca para replicar. El pelinegro simplemente bajó la mirada y asintió.

-Sí, alfa.-susurró, derrotado.

Stiles asintió satisfecho y se giró para encarar a la manada Hale-McCall de nuevo. Suspiró, miró a Derek, el cual estaba muy ocupado mirando al suelo, como si fuese la cosa más interesante del mundo. El otro alfa levantó una ceja ante eso, luego se aclaró la garganta ante la burlona mirada del mayor de los Hale, tratando, sin éxito, llamar la atención de Derek. Stiles rodó los ojos, haciendo que varios se rieran, los miembros de su manada y la de Sarah ya se habían desperdigado por todo el loft, ubicándose donde más les había gustado.

-Eh, Hale.-llamó Stiles, por lo que Derek no tuvo más remedio que levantar la cabeza y mirarle. El lobo usó su habitual lenguaje de cejas para darle a entender a Stiles que le estaba escuchando, haciendo el más joven sonriera un poco.-No hagas caso de lo que el idiota de Nate te dijo. No me molesta tenerte alrededor de vez en cuando.-un ligero rubor adornó las mejillas del joven lobo al decir la última frase, pero decidió no darle importancia.

Derek, por su parte, no podía sentirse más aliviado al oír las palabras de Stiles. Aunque no entendía por qué debería importarle algo como eso, Stiles no era nadie para él al fin y al cabo, ¿verdad?

El lobo decidió asentir, sin expresar ninguna emoción, aunque, por supuesto, su tío había sabido leerlo y se estaba tronchando de risa en las escaleras.

-Si no dejas de reírte te desgarrare la garganta con mis dientes.-amenazó el Hale más joven, pero Peter lo ignoró olímpicamente.-Ahora, Peter.

Peter trató de dejar de reír, pero le era imposible. Jamás entendería cómo alguien tan lerdo podía estar emparentado a él.

Stiles y Derek rodaron los ojos a la vez, haciendo que más de uno elevará una ceja con curiosidad. Sarah entre ellos. Decidió engancharse al brazo de su hermano y preguntarle.

-Oye, Sti-Sti,-le susurró al oído. Derek frunció el ceño al verlos tan pegados, casi olvidando que eran hermanos.-¿a qué viene todo el rollo con ese alfa? ¿Es tu novio o algo?

Todos los miembros de la manada de Stiles dieron un paso adelante preocupados al ver a su alfa casi desmayarse por lo que fuera que Sarah le hubiese preguntado, pues la chica sabía hablar tan bajo como para quedar fuera del radar de los hombres lobos.

-¿Q-Qué?-Stiles estaba sonrojado a más no poder y tartamudeaba como una colegiala enamorada. Aunque, bueno...-Pff, tú estás loca Sarah. ¡Por supuesto que no...!-Stiles se cortó y miró a Derek un breve instante antes de volver a mirar a su hermana.-No, y punto. Y no vuelvas a preguntar. Nunca.

Sarah solo pudo reír y asentir. Pero los dos hermanos Stilinski sabían que ella volvería a sacar el tema una vez estuviesen los dos a solas en su casa. Y nadie les escuchase.

-Ejem.-Derek se aclaró la garganta, provocando miradas de sorpresa en los que lo conocían, menos en Peter, que volvía a luchar por aguantarse la risa. Su sobrino lo mataría de risa, a ese ritmo.-Creo que habéis venido aquí a contestar nuestra preguntas.

-Así es.-habló Sarah, pues al parecer Stiles perdía la capacidad de hacerlo cerca de ese hombre. O quizás había sido la pregunta de su hermana. Sí, era más probable la segundo opción, Stiles no solía callarse ni debajo del agua.-Por lo que solo tenéis que preguntar. Aunque, por supuesto, hay cosas que no responderemos, como los secretos de manada y esas cosas. Vosotros dos ya me entendéis, sois hombres lobo de nacimiento.

Los Hale asintieron.

-Por supuesto.-dijo Peter, sonriendo encantadoramente en dirección de la chica, la cual no le prestó mucha atención, haciendo que algunos miembros de la manada Hale-McCall se burlasen del viejo.-Jamás preguntaríamos por algo tan importante como secretos de manada.

-Por supuesto.-corroboró Sarah, que acto seguido se separó de su hermano y se fue a sentar en el regazo de Scott, ganándose una mirada alga extraña de cierto rubio de rizos.-Bien, podéis preguntar.