¿Y ahora qué?

CAPÍTULO 11

Stephen y yo no tardamos en llegar al hotel donde se estaba llevando a cabo la fiesta. En seguida un aparcacoches nos cogió las llaves del automóvil y se encargó de él mientras nosotros entrábamos al living del hotel, donde se llevaba a cabo la recepción. Era un hotel muy grande, impresionante. Muy lujoso, quizás lo utilizaría en alguna de mis fiestas.

Theo Morphy no fue a recibirnos, solo nos mandó un saludo desde lejos al vernos entrar, yo estaba cogido del brazo de Stephen. Nosotros le devolvimos el saludo y en seguida nos ofrecieron una copa de champán, las cuales aceptamos encantados.

No deberías beber, Anthony.

Conciencia. Siempre es un placer hablar contigo, pensé, llevándome la copa a los labios.

¡Te he dicho que no bebas, Anthony!

Al escuchar la alarma en la voz de mi conciencia (mi voz, que raro es esto) alejé rápidamente la copa de mis labios. Stephen me miró extrañado por el gesto.

-¿Estás bien, amor?-me preguntó, mirándome con el ceño fruncido.

Su copa, sostenida por su enguantada mano, también intacta. Le sonreí con tranquilidad.

-Sí, cariño.-besé su mejilla, no quería que pareciera más extraño de lo que ya era.-Todo bien.-miré a mi alrededor, con gesto cansino.-Es solo que me estoy aburriendo.

Stephen imitó mi gesto y asintió.

-Sí.-suspiró, con pereza.-Yo también. Nos ha tocado la parte aburrida de la misión, pero no podemos hacer nada.

Yo asentí de acuerdo con él.

-Lo sé.-suspiré. Dejé mi copa en una mesa junto a la que pasamos de manera disimulada, sin que Stephen lo notara.-Vamos a ver cómo nos distraemos.

Stephen se bebió todo el contenido de la copa de un trago y luego se la dio a un camarero que pasaba. Después se giró hacia mí y me miró.

-Creo que he visto una pista de baile.-levantó una ceja de forma interrogante.-¿Te animas?

-¿A bailar con mi esposo?-yo también levanté una ceja, antes de sonreír y agarrarme aún más fuerte a su brazo mientras nos girábamos y poníamos rumbo a la pista de baile.-Siempre.

Siete horas después...

-¡Corre, Hope, corre!-se escuchó a Scott gritar, a través de nuestro comunicador.

-¡Qué narices crees que estoy haciendo, imbécil!-oímos a Hope contestar.

Stephen y yo nos miramos frunciendo el ceño. Nos alejamos de la pista de baile y caminamos hasta una esquina apartada para que no nos escucharan.

-Hope, Scott, ¿va todo bien?-susurré a través de mi micrófono, esperando una respuesta.

En ese momento una mujer se acercó a nosotros y empezó a hablarnos de lo mucho que le gustaría hacer negocios algún día con Industrias Stark, yo sonreí y le seguí la conversación de forma amable.

-¡No, Tony!-me gritó Hope.-¡Nada va bien!

-¿Qué?-carraspeé y luego me disculpé con la señora, diciéndole que tenía unos temas importantes que discutir con mi marido, ella nos miró y luego dijo que entendía, que ya hablaríamos otro día de negocios. Antes de irnos nos guiñó el ojo de forma cómplice. ¿Qué habrá pensado? En fin, este no es momento para eso-¿Qué ha salido mal?

Stephen fue llamado por un grupo de médicos que querían pedirle su opinión con respecto a

un paciente que tenían, por lo que al Doctor se le vio imposible negarse.

-¡Los tranquilizantes!-se oyó una pausa y varios jadeos antes de que Hope pudiese seguir-¡Nos llevamos los tranquilizantes que no eran!

-¡Mierda!

Abrí los ojos atónito, luego miré a Stephen, que parecía más que entretenido con la conversación que estaba teniendo con sus colegas médicos. Pero ahora mismo lo necesitaba conmigo, por lo que me acerqué y lo saqué del círculo con una excusa y una gran sonrisa.

-¿Qué hacemos?-le pregunté.

-Tenemos un plan de contingencia para una situación así, cariño, cálmate.-me intentó tranquilizar Stephen.

-Sí.-le contesté.-Pero, ¿y si sale mal, como el plan principal?

-Entonces tenemos varios planes de contingencia para eso también.-Stephen me acariciaba el brazo con delicadeza.

-¡No hay tiempo!-se oyó el grito de Hope a través de nuestros auriculares-¡Necesitamos a los refuerzos! ¡Ya!

Yo suspiré.

-Bien, voy a buscarlas.-esa era la voz de Rhodey.

-Gracias.-se oyó el susurro avergonzado de Brucie. Seguro que estaba sonrojado.

-¡Esto es tu culpa, Lang!-gritó Hope, se la escuchaba muy enfadada.-¡Maldita sea! ¡Solo tenías que coger la caja azul!

-¡Pero es que había muchas cajas azules en ese laboratorio!-le gritó él de vuelta. Yo rodé los ojos con exasperación.

-¡No me grites!-chilló ella.

-¡No me grites tu a mi primero!-le devolvió él.

Stephen y yo nos miramos, a los dos nos dio un escalofrío cuando Lang le contestó a Hope.

Ella era un amor, pero cuando la enfadabas...

Mejor no contestarle.

-¡Repite eso!-se oyó su grito. Cuando Lang no contestó ella volvió a gritar-¡Eso creía!

-Bien, las chicas ya van en camino.-la voz de Rhodey sonaba calmada, por lo que supuse que las chicas habían estado atentas esta vez. Así que tendría que felicitarlas cuando llegara.

-¡Gracias, James!-en el momento en el que Hope dijo eso se oyó algo que había sonado como un disparo.

Miré a Stephen más que preocupado antes de exclamar:

-¡Eso son disparos!-chillé, llamando la atención de varias personas.

Stephen se disculpó con ellos antes de cogerme por los hombros.

-No grites, no necesitamos más atención encima ahora mismo.-me susurró, yo asentí.

-¡Sí, Tony!-se oyó otro disparo.-¡Son disparos!

-¡No estás ayudando a que se calme, Hope!-exclamó en un susurró Stephen, mirándome preocupado cuando palidecí.

-¡Lo siento!-contestó ella.

-¡Se están acercando!-se oyó la desesperación en los gritos de Lang.-¡Oh, Dios! ¡Se están acercando mucho!

-¡Los refuerzos no tardaran en llegar!-dijo Bruce por el auricular.-Aguantad solo un poco más.

-¡Eso estamos intentando, Bruce!-gritó Hope.

-¡Eh, no la pagues con él!-le reclamó Rhodes.

-¡Lo siento!-contestó la mujer.

En ese momento vi como Morphy estaba a punto de contestar una llamada en su teléfono móvil.

-¡Están llamando a Morphy!-les avisé-Tenemos que distraerle.

-Mierda.-maldijo Stephen, después de mirar en la misma dirección que yo.-¿Y qué sugieres

Tony?

Stephen y yo nos miramos a los ojos y mantuvimos una conversación con nuestras miradas durante un tiempo. Antes de llegar a una conclusión.

-Pasamos al plan A.B.42.-anuncié, después de acabar mi conversación, no conversación, con mi marido.-Todos proceded según lo acordado.

-A la orden.-se oyeron las voces de Bruce, James, Carol y Valkyrie por el auricular.

Miré en dirección de Morphy y luego me acerqué a él deprisa en cuanto le localicé, aún no había contestado la llamada, pero no le faltaba mucho para hacerlo. Por lo que, cuando estuve lo suficientemente cerca de él, fingí un desmayo. Stephen, que iba pegado a mí, me cogió a tiempo cuando fingí.

-¡Tony!-exclamó, llamando la atención de toda la gente, incluido Morphy, que rechazó la llamada en cuanto me vio "inconsciente" en brazos de mi marido.

Stephen me puso en el suelo y luego miró a Morphy.

-No sé lo que ha pasado.-me acarició el pelo con cariño y siguió mirando a Morphy.-Lo lamento mucho, señor Morphy. Ahora mismo lo llevo a un hospital.

Morphy negó con la cabeza, también agachándose y luciendo algo preocupado. No notó la manera en la que tenía mis ojos entrecerrados.

-No, no hace falta.-miró a Stephen, y luego de vuelta a mi.-Yo mismo llamaré a un médico para que venga. Es mi deber como buen anfitrión.

Morphy le sonrió a Stephen, pero mi marido no le dejó llamar al médico y al final estuvieron peleando hasta que oímos como Carol y Valkyrie informaban a Rhodes y Brucie de que ya tenían a Lang y a Hope.

En cuanto oí eso me levanté. Morphy se preocupó por mí, pero le quité importancia. Luego Stephen y yo fuimos obligados a ir a un hospital debido a que Morphy nos seguía.

Fuimos a nuestro hospital privado, y entramos en la consulta de mi doctor. Morphy esperó fuera. Después de hacerme unos exámenes, el doctor volvió a entrar, una radiante sonrisa pintada en su cara.

-¡Enhorabuena, señor Stark y señor Strange!-exclamó mi médico.-Van a ser padres por segunda vez. Bueno, cuarta si contamos a sus hijos mayores.